Página personal del Periodista Y Escritor Pascual Serrano

¿Por qué bombardean Irak?

Hace ocho años que las tropas iraquíes fueron expulsadas de Kuwait y que las Naciones Unidas impusieron un embargo económico sin precedentes en la historia moderna. Desde entonces, y bajo el programa denominado Petróleo por Alimentos, las Naciones Unidas deciden la cantidad de petróleo -prácticamente el único recurso del país- que Irak puede exportar, incautan el treinta por ciento de las divisas para indemnizar a Kuwait y Arabia Saudí y deciden qué productos puede o no comprar con el resto de las divisas. 

Entre los productos prohibidos porque, según argumentan los inspectores, pueden tener un doble uso (civil o militar) estaban los lápices porque el grafito de la mina podría tener un uso militar (¡) y medicamentos para la prevención y tratamiento del infarto derivados de la nitroglicerina. ¿Se imaginan a las tropas de Sadam rompiendo lapiceros para fabricar bombas o extrayendo el miligramo de nitroglicerina de cada gragea para producir una granada?. 

Para más humillación, era también Iraq quien debía pagar el sueldo mensual de dos millones y medio de pesetas de cada inspector de las Naciones Unidas (UNSCOM), además de sus vacaciones cada tres meses en Chipre. Dinero que no podía venir de otro sitio que del programa Petróleo por Alimentos, es decir de los fondos destinados a alimentos y medicinas para el pueblo iraquí. La prensa norteamericana ha acabado denunciando que algunos inspectores aprovecharon su cobertura de la ONU para espiar a Irak. Transcurrieron así ocho años durante los cuales, instituciones como la Agencia Internacional de la Energía Atómica reconocieron que Irak había cumplido las resoluciones de las NNUU referentes al desarme, algunos inspectores no estaban de acuerdo, por lo que se reunió el Consejo de Seguridad para decidir si Irak estaba cumpliendo o no sus obligaciones de desarme. A Estados Unidos y a Gran Bretaña no le hizo falta esa reunión, ni siquiera conocer cuál era la postura de las NNUU, antes de que se pronunciara el Consejo de Seguridad empezaron a disparar más de quinientos misiles sobre el país que no podía importar lápices ni nitroglicerina sanitaria. 

España se solidarizó… con Estados Unidos. Aquello no les pareció suficiente a los anglonorteamericanos y decidieron inventar, a pesar de no contar con el apoyo de las NNUU, las zonas de exclusión aérea, unas zonas del espacio aéreo iraquí por las que no podían volar los iraquíes. A partir de entonces si esto ocurría se llamaría “provocación iraquí”. Para dejar más clara la situación decidieron ser ellos quienes sobrevolaran esa zona con cazas F-15. Si son detectados por los radares iraquíes, los cazas disparan sus misiles. A eso le llamarían “incidentes aéreos”. Todo esto se hace contra un país que no ha disparado un solo tiro desde hace ocho años contra sus países vecinos. Y todo esto ¿por qué?. Según Estados Unidos porque Sadam Hussein es un dictador, no respeta los derechos humanos y después de ocho años de sufrir su pueblo un durísimo embargo y bombardeos puede rearmarse y atacar a sus países vecinos o a Israel. Además, aunque nadie las ha encontrado ni las ha visto desde antes de la Guerra del Golfo, Irak, según EE.UU., tiene letales armas biológicas. La comunidad internacional vive obsesionada así con unas armas químicas iraquíes que nunca ha visto. En todo estos años de “lucha” internacional contra la dictadura de Sadam y búsqueda de la democracia y lo derechos humanos para el pueblo iraquí, lo único que se les ha proporcionado es la muerte por falta de alimentos y medicinas debido al embargo a más de un millón de personas, 700.000 de ellas niños, según han reconocido las propias Naciones Unidas.

No nos dejemos engañar, ni al Consejo de Seguridad ni a Estados Unidos ni a Gran Bretaña les importa implantar la democracia en Irak y mucho menos el futuro del pueblo iraquí, tampoco si Sadam es o no un dictador. En la supuesta lucha por implantar la democracia en Irak, Estados Unidos está financiando a los partidos opositores del exilio, algunos de ellos tan integristas como a los que califica de terroristas en Argelia o Afganistán, como el Consejo Supremo para la Revolución Islámica en Irak, con sede en Teherán y dirigido por un ayatolá, lo que no parece que sea el modo de crear las bases para una democracia en Irak. 

En realidad lo que no le perdonan a Sadam Hussein es haber nacionalizado el petróleo de uno de los principales productores de la OPEP, un recurso que ya no podría ser controlado por las empresas británicas y norteamericanas y que obligaba a disminuir la cuota de exportación de estas empresas ubicadas en Kuwait y Arabia Saudí. ¿Acaso les ha preocupado la democracia y los derechos humanos en estos dos últimos países donde las mujeres no pueden conducir automóviles, no existen partidos políticos y mucho menos elecciones y el único sindicato es el Sindicato de Príncipes?. Irak ha proporcionado a los miembros de la delegación española que visitó este país el pasado mes de enero, documentos del Congreso norteamericano donde se aprueban sanciones económicas meses antes de la invasión de Kuwait. La decisión de impedir que Irak exportara petróleo para aumentar la cuota de Kuwait y Arabia Saudí estaba ya tomada antes de la invasión. En una clara maniobra de despiste, EEUU quiere proponer ahora aumentar la cuota de exportación de Irak para paliar el sufrimiento del pueblo iraquí, pero antes ya se han tomado la libertad de bombardear las refinerías, como la de Basora, y sus puertos de salida al Golfo para evitar que esa ampliación de cuota pueda ser una realidad. Si a esta operación se le añade que los países árabes productores de petróleo aliados de Estados Unidos dedican una gran cantidad de sus divisas a la compra de armas a Estados Unidos para protegerse de las supuestas e invisibles armas biológicas de Sadam que nadie encuentra, llegamos al negocio redondo, tan redondo como el genocidio que pudimos observar en los hospitales de Bagdad.

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