Los grupos mediáticos Prisa y Mediapro han vuelto a confirmar esa frase de Don Vito Corleone de que “no es nada personal, son sólo negocios”. Tras duros enfrentamientos en los juzgados por los derechos de emisión del fútbol, las dos empresas han sentado las bases para unificar sus respectivos canales de televisión Cuatro y La Sexta por razones de rentabilidad económica.
Las incógnitas surgen ahora en torno a la trascendencia que puede tener ese acercamiento en ámbitos que van más allá del negocio de transmisión del fútbol. Trascendencia que no se limita a los dos canales de televisión sino también a otros formatos en los que operan, por ejemplo la prensa escrita, donde cada uno de ellos posee un periódico, El País y Público. Si bien los dos diarios se cuidan mucho de no escenificar enfrentamiento alguno y ambos no ocultan su simpatía por el Partido Socialista Obrero Español, el escenario puede variar ahora que los dos grupos económicos han comenzado a establecer puentes. Existen dos posibles evoluciones, una primera que consistiría en acercar su línea editorial para terminar repitiendo, de nuevo por razones económicas, lo sucedido con los canales de televisión, es decir, unificarse en el papel. No olvidemos que corren malos tiempos para la prensa y ninguna de las dos cabeceras atraviesa por buena situación. La otra opción, sin duda más deseable, es conseguir que ambos periódicos logren marcar diferencias de estilo, de línea editorial y, como consecuencia, de perfil de lectores. Para ello existen dos ejes editoriales en los que deberían distanciarse, en parte ya lo están haciendo: información internacional y posicionamiento ante las diferentes líneas políticas dentro del Partido Socialista.
Los intereses económicos del grupo Prisa en el mundo, y en especial en América Latina, hace mucho que tienen hipotecada la línea informativa del diario El País. Las posiciones críticas que ha adoptado ante los procesos progresistas de países como Venezuela o Bolivia, y no digamos su agresividad contra Cuba, en plena sintonía con la prensa de derechas española, ha alejado al diario de Prisa de cualquier consideración como periódico de izquierdas o progresista. Es en ese ámbito donde Público puede demostrar una autonomía informativa que muestre otra línea más rigurosa sobre esos países, tan ausente en el panorama mediático español. En cuanto a la política nacional, la trayectoria de complicidad de El País con lo más rancio del socialismo felipista debería servir de referente en el diario de Mediapro para dar protagonismo a las voces de ese partido y del gobierno que intenten aportar aires nuevos y de verdad de izquierda, así como dar la legítima cobertura a las propuestas y movimientos que existen a la izquierda del PSOE. Todo ello, junto con la apuesta que hasta ahora Público ha tenido, al menos parcialmente, de dar acogida a firmas de opinión de una línea de izquierdas ya impensable para El País, puede servir para que los lectores puedan comprobar que se trata de dos proyectos periodísticos diferenciados, condición imprescindible para su viabilidad.
Pascual Serrano acaba de publicar “Desinformación. Cómo los medios ocultan el mundo”. Junio 2009. Editorial Península.