Cuba es una isla pobre y relativamente aislada. Queda a más de 7,000 kilómetros de los países africanos donde el ébola se está esparciendo a un ritmo alarmante. Sin embargo, debido a su compromiso de desplazar a cientos de médicos y enfermeros al eje de la pandemia, Cuba podría terminar jugando el papel más destacado entre las naciones que están trabajando para refrenar la propagación del virus.