Hace años, al rebufo del 15M, despertaban pasiones los nuevos formatos de organización política (lo de organización es un decir) que renegaban de los partidos políticos tradicionales, considerados anticuados, anquilosados y poco democráticos. Plataformas ciudadanas, mareas, agrupaciones de electores, movimientos, redes... Hasta el término coalición electoral ya era repudiado también por viejo.