Página personal del Periodista Y Escritor Pascual Serrano

“He llegado a la conclusión de que este sistema está completamente podrido”

El Corte Inglés lo retiró de sus estanterías, el Circulo de Bellas Artes no aceptó que se presentará en sus instalaciones, CNN + suspende a última hora una invitación al autor. Pero están a punto de venderse ya quince mil ejemplares del libro “Zaplana. El brazo incorrupto del PP”, de Alfredo Grimaldos (Foca), una cifra nada fácil tratándose de un ensayo. 

Y es que estamos ante un trabajo fruto de un año de investigación entre Madrid, Benidorm, Alicante, Valencia e, incluso, Cartagena, donde nació Zaplana y de donde es originaria su familia. Grimaldos ha reconstruido su trayectoria, desde que era un estudiante de Derecho con un expediente poco modélico. Después, cómo se casó con la hija de uno de los magnates hosteleros de Benidorm, Miguel Barceló, y, a partir de ahí, comenzó su ascenso político. El resultado es una antología del latrocinio y la desvergüenza, el ejemplo vivo de un sistema político, judicial y mediático podrido, como bien dice el autor. Cómo cambiarlo es otro cantar, Grimaldos ya ha logrado mucho con sacarlo a la luz.

 

Sin duda el relato de tropelías y corrupción que se desvela en tu libro es sorprendente. ¿Imaginabas algo así cuando empezaste a investigar el tema?

Estaba claro, desde el principio, que éste era uno de los personajes menos recomendables del actual panorama político. Precisamente por eso decidimos hacer un libro sobre él. Es la quintaesencia de la podredumbre de este sistema, un individuo sin ideología, que sólo busca el enriquecimiento personal y el poder. Ya lo advertía él mismo, al principio de su carrera, en las cintas del Caso Naseiro. No tiene nada que ver, por ejemplo, con un ultraderechista clerical clásico, como Acebes. Si Zaplana hubiera caído en las filas del PSOE, podría haber sido un Luis Roldán o un Rafael Vera.

¿Ha habido alguna reacción por parte del protagonista o de su partido?

Oficialmente, ninguna. Tampoco he tenido noticias, de momento, por vía judicial. Sí tenemos constancia de que Zaplana ha movido todos sus tentáculos para evitar que el libro tuviese eco en los medios de comunicación. Obviamente, la devolución de los ejemplares por parte de El Corte Inglés es una consecuencia de esa presión. Por otra parte, no hemos podido presentar el libro en el Círculo de Bellas Artes, donde se hacen todas las presentaciones de la editorial FOCA. En esta ocasión, por primera vez en la historia, responsables del Círculo dijeron que no era recomendable hablar de esta obra allí.

¿Crees que es un hecho aislado en la política española? ¿Tiene parangón en otros políticos u otros partidos?

Nada más empezar su carrera política, Zaplana, con poco más de treinta años, ya dice, en las cintas del Caso Naseiro, que necesita mucho dinero para vivir y que se quiere hacer rico, mientras trapichea con la recalificación de un solar para comprarse un opel vectra con su mordida en esa operación. Después, accede a la alcaldía de Benidorm sin ganar las elecciones correspondientes, comprando a una concejala tránsfuga del PSOE. Allí comete todo tipo de irregularidades, pero eso le permite llegar a la Generalitat, donde las operaciones turbias con dinero público se incrementan con muchos ceros. A pesar de que muchos de sus más íntimos están imputados en hechos delictivos y de que a él le salpica por todas partes la sombra de la corrupción, se convierte en ministro de Aznar… Todo esto es consecuencia de un sistema político sobre el que los ciudadanos no tienen el más mínimo control. Zaplana forma parte de una casta que legisla en su propio beneficio. No hay que olvidar que es íntimo amigo de Pérez Rubalcaba, a pesar de los sainetes que ambos montan en el Congreso. Y también de Bono, con quien comparte el cariño y los favores de un individuo como El Pocero.

¿Piensas que desde el sistema judicial, la oposición política y los medios de comunicación se ha hecho todo el esfuerzo para denunciar, investigar o pedir la aclaración de todo lo que relatas en el libro?

La Justicia está para perseguir a los pobres y a los insumisos. Ni los amigos del Rey, ni los banqueros, ni los políticos van a la cárcel. Los procedimientos judiciales contra los personajes poderosos se eternizan y una legión de abogados de renombre se encarga de embarullar estos asuntos. Por otra parte, son muy pocos los jueces que quieren complicarse la vida. Sólo hay que ver el caso de uno de los antiguos aliados de Zaplana, Carlos Fabra, imputado en un multimillonario fraude a Hacienda. Ya son ocho los jueces que han participado en la instrucción del asunto, y todos ellos huyen de Castellón, donde Fabra es el todopoderoso cacique local. 

¿Qué le dirías a quienes sacan como conclusión que la política es así de miserable y que está llena de individuos que sólo buscan enriquecerse con ella?

Que tienen toda la razón del mundo. Este sistema está completamente podrido. Hay mucha mayor cercanía entre los políticos profesionales del PSOE y los del PP que entre éstos y sus votantes respectivos. Ellos no se muerden, vociferan mucho, pero no están dispuestos a permitir que haya la menor transparencia. La podredumbre de uno se tapa con un dossier sobre las corruptelas del otro. La Transición fue una gran mentira y una absoluta estafa. No hubo ruptura democrática y se montó un tinglado que sirve para que los ciudadanos estén cada día más desinformados y con menor capacidad de decisión sobre cualquier cosa.

¿Entonces, según tu, no tiene ninguna opción para rebelarse el ciudadano? ¿Quizás otros partidos? ¿No votar? 

La pregunta es difícil. No hay fórmulas mágicas y tampoco es cuestión de dar consejos a nadie. Yo, desde luego, no soy nada aficionado a las urnas, tal como está montado aquí el asunto. He utilizado la papeleta muy pocas veces. La primera vez que tuve ocasión de hacerlo –no tenía edad para votar o abstenerme en 1977- fue en el referéndum de 1978, y voté “no” a la constitución monárquica. Pienso que lo fundamental para la izquierda es volver a intentar construir un movimiento cívico organizado, como lo había al final del franquismo, pero para eso hay que pelear también contra las burocracias sindicales y de todo tipo. Las estructuras políticas y sociales de izquierda, bastante sólidas, que existían durante la Transición fueron liquidadas desde arriba, para limitar la participación del ciudadano a un simple voto cada cuatro años. Además, todo el sistema –circunscripciones electorales, Ley D’Hont, listas cerradas…- está concebido para institucionalizar un bipartidismo en el que se reparten los papeles de policía bueno y malo. Cuando puede más el miedo que el asco, parte de la abstención se convierte en votos del PSOE y ganan las elecciones personajes como González o Zapatero. E Izquierda Unida se pone a la cola, con muy poca autonomía. Y ¿qué hace el PSOE? Es decir, la derecha no franquista: poner en funcionamiento el GAL, aumentar la financiación pública del nacionalcatolicismo, liquidar la radiotelevisión pública… y desarrollar la misma política económica que podrían en práctica los otros. Pienso que hay que trabajar para intentar que exista un pensamiento más crítico y mayor participación popular al margen de las instituciones.

¿Cuál puede ser la razón para que el PP siga considerando a Zaplana un valor político a tener en cuenta? 

A través del llamado Clan de Valladolid, estuvo muy cerca de Aznar, que todavía continúa proyectando su siniestra sombra sobre el PP. Bendecidos por Aznar, Acebes y Zaplana se convirtieron en los portavoces de la “teoría de la conspiración”, en el caso del 11-M, y Rajoy no fue capaz de librarse de ellos, a pesar de que hay un amplio sector de la cúpula del partido que no los soporta. Sobre todo a Zaplana. Si el PP pierde las próximas elecciones generales, Rajoy, y con él Zaplana y Acebes, quedarán fuera de combate. Zaplana tiene ya un capitalito almacenado, como para no tener que trabajar más, pero a este tipo de personajes les cuesta mucho asimilar, cuando llega el momento, que se han quedado sin poder.

¿Qué falla en el sistema político español para que esto suceda? 

Los individuos como Zaplana surgen y medran en el contexto de una sociedad desinformada y acrítica. Su salto a la Generalitat lo dio en la época del culto a los triunfadores que propició el felipismo, cuando el propio Mario Conde se convertía en doctor honoris causa de la mano del Rey. Tanto en el ámbito político como en el económico, el resplandor del éxito tapa las sospechas de podredumbre, por más fundamento que tengan. Los grandes medios de comunicación se dedican a intoxicar y a silenciar, en sintonía con los distintos clanes de cada partido y con los grandes intereses económicos. Mientras hay votantes acalorados que discuten en los bares sobre si es mejor el PP o el PSOE, un sector de este partido se alía con un grupo de presión del otro para tumbar a uno que estorba de cualquiera de las dos organizaciones. Los partidos son estructuras cerradas sin la más mínima democracia interna. Máquinas de mentir. Y al que se sale del sistema lo silencian o lo fulminan.

Como has comentado antes, se ha denunciado que tu libro había sido retirado de El Corte Inglés. ¿Qué más sabes de eso? Ningún periódico se ha hecho eco de esa retirada. ¿Cómo lo interpretas?

En efecto, el libro se retiró, repentinamente, de todos los centros de El Corte Inglés. Delante, incluso, de los clientes, sin esperar a que se acabara la jornada laboral. Parece que la orden llegó desde las alturas y fue fulminante. Después de esto, los primeros días, cuando ibas a pedir el libro, en cada sitio te decían una cosa. Había dependientes que contestaban: pero si estaba aquí, y se estaba vendiendo bien. Otros, más avisados, decían que se había agotado y, además, no se podía pedir. Después, tras la traca que se lió en internet , hicieron el paripé de pedir unos pocos ejemplares. Y ahora, resulta que se puede encontrar en algunos centros, mientras en otros te siguen contando que está agotado en la editorial. Que yo sepa, de los grandes diarios “comerciales”, por decirlo de alguna manera, sólo se hizo eco de esta historia el Levante, de Valencia, hablando, sin precisar el nombre, de “un centro comercial”. Las apabullantes cifras de publicidad que maneja El Corte Inglés tapan casi todas las bocas.

¿Has percibido algún otro boicot o censura al libro? 

No sólo he sufrido censura por la parte zaplanista. También me han vetado las vírgenes vestales de la libertad de información, el imperio Polanco. José María Calleja me invitó a participar en su programa “Cara a cara”, de CNN +, y unas horas antes de que viniera un vehículo a recogerme, me llamó la productora, con voz temblorosa para contarme una milonga: que se había “caído” el otro participante, ya no daba tiempo para encontrar un sustituto y se suspendía la grabación. Pero el programa se hizo, con el que iba a ser mi contertulio, que no se había caído de ningún sitio, y con uno nuevo. Al parecer, alguien llamó desde la dirección general de la empresa para decir que yo no podía participar en ningún medio del grupo, por haber escrito sobre Polanco. No sé a qué se referiría. Posiblemente a que en mi libro “La sombra de Franco en la Transición”, recordaba que Rodolfo Martín Villa era ministro del Interior y controlaba todas las tramas fascistas cuando un comando ultraderechista puso una bomba en el diario El País y asesinó a uno de sus trabajadores. Por una paradoja siniestra, Martín Villa es ahora presidente de Sogecable.

O el veto puede estar relacionado con algo que publiqué en el libro “La CIA en España”. Por ejemplo, que cuando Polanco pasó a formar parte de la Comisión Trilateral, lo primero que hizo fue llamar a Joaquín Estefanía, autor del libro “La Trilateral en España” y nombrarle jefe de economía de El País. Estefanía, antiguo maoísta que llegaría a ser director del diario, pidió a su editor, Ramón Akal, que retirara el libro de la circulación, sin conseguirlo.

Han sugerido que el libro es un encargo, se sobreentiende que desde el partido socialista, ¿Qué dices a eso?

Que es absurdo. Y ni siquiera creo que les haya gustado mucho a los profesionales del PSOE. El libro es un proyecto que surge de la propia editorial FOCA, porque consideramos que Zaplana representa todo lo menos recomendable y lo más amoral del sistema político podrido que sufrimos. Y en las páginas del libro aparece, por ejemplo, José Bono, de forma muy poco luminosa. Conseguí hablar con algunos políticos del PSOE, a título individual, como también lo hice con antizaplanistas del PP y con antiguos zaplanistas valencianos hoy pasados a las filas de Camps. Un libro como éste, escrito desde fuera del enjuague institucional, molesta o todos los que se benefician del tinglado político.

¿Cuál de todos los escándalos te ha parecido más impresionante o te parece más destacable? 

En este caso, es difícil hacer un ranking de la infamia y la sinvergonzonería. Terra Mítica es un monumento al saqueo del dinero público, pero hay muchos otros episodios elocuentes, aunque la cuantía de la rapiña sea menor. Los detalles que muestran la personalidad de nuevo rico de Zaplana resultan muy jugosos. Por ejemplo, eso de comprarse un piso de quinientos metros cuadrados en el madrileño Paseo de la Castellana, gracias a una hipoteca de la Caja de Ahorros del Mediterráneo, encabezada por personajes que él nombró a dedo cuando era presidente de la Generalitat. La letra mensual, de más de 8.000 euros, es superior a su antiguo salario de ministro y al de jefe del grupo parlamentario de la oposición. Si a eso le sumas trajes de diseño exclusivo, a unos cuantos miles de euros la tirada, asistente personal, un Porsche Cayenne de 120.000 euros para su hija pequeña… El reloj que enseña en la portada del libro es un Hublot suizo de 18.000 euros. Y tiene más en su colección.

 
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