La periodista Katty Garat se entregó a la vida nocturna, con “fiestas y hombres en locales y pisos privados en plena pandemia”.
Fueron informes “extraoficiales” que “procedían de la revista para la que trabajaba”, sobre la base de las hojas de servicio de sus escoltas. Hablaban de la frecuencia con la que la Redactora de Política y miembro del Comité Editorial de la revista se movía “en locales privados donde entraban y salían hombres. Ni ella ni Paula Quinteros, la fundadora y CEO del grupo editorial se escondían”.