Siete semanas antes de las elecciones presidenciales de 2008, aproximadamente 100 diarios y revistas de los Estados Unidos, entre los que se contaban el New York Times, Wall Street Journal, Miami Herald, Philadelphia Inquirer, y St. Petersburg Times, encartaron en sus ediciones dominicales millones de DVD’s del documental titulado "Obsesión: La guerra radical del Islam contra Occidental". En total, 28 millones de DVD’s inundaron los hogares de los votantes estadounidenses. Lo contó el periodista Pam Martens en el medio alternativo Counterpunch.
El contenido de la película consistía en su primera mitad en interminables escenas de terroristas suicidas y carnicerías humanas; la segunda intercalaba fragmentos de Hitler, las Juventudes Hitlerianas o analogías de Hitler intermitentemente con multitudes musulmanas y niños que blanden el puño en el aire clamando por la muerte de los occidentales. El documental aclara que no todos los musulmanes quieren aparentemente matarnos, cuantifican el número de los que, según ellos, sí querrían: la friolera de 100 a 150 millones, es decir, del 10 al 15% de 1.000 millones de musulmanes. Se trataba de un claro mensaje xenófobo, de provocación racial e instigación al odio entre la población de Estados Unidos.
Lo curioso es que los periódicos desconocían quién pagaba esta campaña de propaganda masiva, ni tampoco les importaba mientras trajeran dinero. CounterPunch pudo saber que el plan de distribución de los millones de DVD’s supuso un coste total de 15.676.181 dólares. A ellos habría que sumar los 719.436 dólares que se embolsaron los grandes medios por ceder la opción de insertarlos en sus dominicales. Counterpunch también reveló los grupos de extrema derecha que financiaron la campaña. Se trataba de organizaciones que manejan una maquinaria 6.000 millones de dólares entre grupos de expertos, cabilderos, comités de acción política, grupos tapadera de falsos movimientos de base, comentaristas empotrados en los medios de comunicación, cátedras bien dotadas y hasta una oficina centralizada de cazatalentos.
Este ejemplo de los DVD’s muestra hasta qué punto, con el dinero por delante, los medios están dispuestos a ponerse al servicio de la ideología más agresiva y violenta con tal de hacer caja.