Hace unas semanas la periodista y escritora Ana Iris Simón, de 28 años, fue invitada a un acto en La Moncloa, la sede presidencial española, para hablar sobre despoblación dentro del plan de España 2050.
En un breve discurso de apenas cuatro minutos, Simón, originaria de un pequeño pueblo de La Mancha, empezó afirmando: «Me da envidia la vida que tenían mis padres, a mi edad tenían hijos, tenían un hipoteca bancaria para acceder a su vivienda en propiedad, certeza de que podían pagar la hipoteca y mantener a sus hijos».
Recordaba ante la audiencia «el desmantelamiento industrial de España, el vaciamiento rural, que la aldea global arruinó la aldea local» y que la mayoría de jóvenes de su edad no tienen hijos (ella lucía un avanzado embarazo): «hay más madres de 40 que de 25, los salarios son más bajos».
Terminaba retomando la idea del inicio: «¿Cómo no envidiar la vida de nuestros padres? Para ellos tener hijos no supuso el salto al vacío que supone para mí ahora. Con 28 años he vivido tres EREs, y mi contrato actual finaliza dos días después de la fecha programada para mi primer parto, no tengo coche y no tengo hipoteca, y no lo tengo porque no puedo».
Please follow and like us: