Los arrebatos ultraderechistas de algunos presentadores de la cadena republicana Fox News contra Barack Obama, aunque les hacen ganar audiencia entre este sector político, se ha demostrado que puede afectar negativamente a las empresas patrocinadoras. Según supimos por el diario español El Mundo el 3 de septiembre , un comentario racista el pasado mes de julio del presentador Glenn Beck contra el presidente provocó la reacción de Color of Change, una ONG fundada por afroamericanos y dedicada a defender los derechos de la comunidad, que lanzó una campaña de boicot contra el programa televisivo. Pocos días después, miles de personas se habían adherido a la campaña, incluida una cuarentena de empresas cuyos anuncios publicitarios se emitían antes o durante el programa. No se trata de que los anunciantes discrepen del mensaje del presentador de derechas, entre ellos hay 33 de las multinacionales más potentes del país, como la cadena de supermercados Wall-Mart, la de telefonía móvil Sprint, o la farmacéutica CVS Caremark. Lo que sucede es que han comprendido que esa crispación enloquecida sólo provocaba el rechazo de gran parte de la audiencia hacia las empresas patrocinadoras.
Algunas veces pienso que si pasase algo parecido en Venezuela, algunas cadenas se quedarían sin ninguna publicidad.