Imaginemos un futuro año 2.500. Miles de personas están muriendo por una nueva toxicidad que los científicos han ubicado en los huevos fritos. Las personas que los comen contraen una enfermedad que, en muchos casos, les produce la muerte. Una enfermedad que, además, es contagiosa. Una solución radical podría ser prohibir los huevos fritos y así la enfermedad sería erradicada. Autoridades y Gobiernos valoran esa opción pero consideran que en una sociedad abanderada de la libertad individual, prohibir comer huevos fritos sería atentar contra sus valores de su sociedad. De modo que se limitan a recomendar que no se coman. Es fundamental respetar la libertad ante todo, no quieren ser una dictadura que prohíba alimentos.