Unas declaraciones del presidente del grupo PRISA, Jesús de Polanco, criticando el ambiente de crispación política y el modelo de oposición del PP, cuyas manifestaciones calificó de “franquismo puro y duro”, ha provocado una aireada protesta de este partido y un llamamiento al boicot a todos los medios de este grupo empresarial. En respuesta al PP, el comité de redacción de El País emitió también un comunicado en el que manifiestan su disconformidad con el partido de derechas, al tiempo que reivindican su “imparcialidad” y su modo de informar de manera “veraz y objetiva”. Este comunicado termina en su punto quinto afirmando “Que los profesionales de la información debemos repudiar aquellas conductas que tiendan a considerar el derecho a la información como un instrumento sujeto a contraprestación o susceptible de servir a estrategias de multiplicación de la tensión política”.
Pero entre las declaraciones del presidente de Prisa, efectuadas junto con las que han molestado al PP, se encuentra la afirmación de que “incluso los que se deberían considerar favorecidos por nosotros, nos ven poco adictos".
Si Jesús Polanco considera que algunos se “deberían considerar favorecidos” por su periódico y su conglomerado mediático es que hay elementos para esa consideración en su política editorial. Es decir, si su estrategia informativa es la de difundir contenidos que generen el sentimiento de favores en un determinado grupo político, es como utilizar “el derecho a la información como un instrumento sujeto a contraprestación o susceptible de servir a estrategias”.
Y, casualmente, esa es la expresión utilizada por el comunicado del Comité de Redacción de El País en respuesta a la indignación del Partido Popular. La repetimos: “Que los profesionales de la información debemos repudiar aquellas conductas que tiendan a considerar el derecho a la información como un instrumento sujeto a contraprestación o susceptible de servir a estrategias de multiplicación de la tensión política”.
Es evidente que, el comité de redacción de El País también debería repudiar las declaraciones del presidente de Prisa de las que inequívocamente se desprende que la información de su grupo es utilizada para "favorecer”.
Porque si hay quienes se deberían considerar "favorecidos por nosotros", según Polanco, entonces adiós a la imparcialidad, veracidad y objetividad a las que se alude en el punto primero del comunicado del comité de redacción.
Conflictos como éste, en el que el presidente de un grupo mediático embiste contra un partido, reconoce que sus medios favorecen a una opción política, un partido que hace un llamamiento comercial destinado a provocar la bancarrota de un medio y un comité de redacción que responde militarmente a la defensa de su empresa sólo confirman que la imparcialidad, la libertad de expresión, la neutralidad y la veracidad, sólo son una farsa, un discurso en boca de todos y en la intención de ninguno.