El pasado 1 de mayo pudo servir para ver cómo es la política laboral de diferentes gobiernos en América Latina, en especial esos gobiernos tan criticados por los grandes medios en los que se les acusa de populistas y demagogos, entre ellos los de Venezuela, Bolivia o Nicaragua tras la llegada al poder de los sandinistas.
En este último país, pudimos conocer el anuncio del presidente Daniel Ortega este martes de reestructurar la deuda interna con los banqueros y aumentará los impuestos a los ricos para aumentar el salario de los trabajadores públicos, los soldados del ejército y financiar programas sociales. Por tanto el salario mínimo se aumentará un 15 por ciento, con el objetivo de intentar que esta subida llegue al 25 %. Asimismo también anunció el aumento de los salarios en general que serán negociados por el Ministerio de Hacienda a través de una comisión que se instalaría el miércoles con los maestros, trabajadores de la salud, construcción y otras dependencias públicas.
En Bolivia, el gobierno ha vuelto a asumir el control de los niveles salariales al disponer un incremento general del 5 % del salario mínimo y se ha comprometido, además, a crear, en los próximos 12 meses, 70.000 empleos estables, según anunció durante la celebración del Día Internacional del Trabajo. El incremento será aplicado también en el sector privado, que desde 1985 tenía sólo como referente no obligatorio el aumento que los gobiernos daban a los trabajadores del sector público. El Ejecutivo aprovechó para presentar el Banco de Desarrollo Productivo, entidad que canalizará un fideicomiso de 60 millones de dólares en créditos y microcréditos, con el fin de aumentar la producción y el empleo en los sectores textil, de la madera, cuero y turismo.
Por último, en Venezuela, Hugo Chávez anuncio este lunes un incremento del 20% sobre el salario mínimo actual a partir del primero de mayo. El salario mínimo venezolano se convertirá en el más alto de América Latina, por encima del sueldo mínimo de Chile que es de aproximadamente 250 dólares.
Esta subida del 20% se encuentra por encima de los índices inflacionarios registrados en los últimos dos años, durante los gobiernos anteriores a Chávez los salarios mínimos se mantenían congelados durante varios años, sin importar las altas tasas de inflación.
A estas políticas salariales hay que sumar las campañas de alfabetización que erradicaron el analfabetismo en Venezuela y que ahora se está poniendo en marcha en Nicaragua y Bolivia. En el primero, el objetivo es enseñar a leer y a escribir a 870.000 personas y en Bolivia a otras 900.000 en el año 2007. Sin olvidar las iniciativas de salud, como los dos mil médicos cubanos que atienden a los más pobres en Nicaragua y Bolivia. En éste último país ya se han operado de la vista a miles de bolivianos y ha recibido de Cuba 23 hospitales totalmente dotados.
Quizás sean decisiones de este tipo las que pueden explicar los apoyos ciudadanos a esos gobiernos mientras la versión que se siga difundiendo de ellos en los medios de comunicación sean la de demagogos y excéntricos. Efectivamente, en los países latinoamericanos gobernados por la derecha, en Europa y en Estados Unidos estos anuncios presidenciales de subidas salariales el primero de mayo son excéntricos. De hecho, la noticia del presidente de Estados Unidos el 1 de mayo fue vetar la decisión del Congreso y el Senado de retirar las tropas de Iraq.
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