Uno de los modos en los que se aprecian las estrategias de intencionalidad (o, si se prefiere, de manipulación) de nuestros medios es comparar el trato informativo de dos hechos similares. Podremos comprobar el doble rasero que utilizan, según sea para el amigo o el enemigo del dueño del medio en cuestión. En los últimos días hemos observado algunos casos en la prensa escrita.