1 – El grupo que hoy lleva el nombre del Estado Islámico (EI) es el monstruo creado en los laboratorios del Pentágono allá por 1978 en Afganistán para derrocar al gobierno marxista del Doctor Nayibulah y para acosar a la Unión Soviética desde sus fronteras del sur. El uso del fundamentalismo religioso (católico e islámico) fue verdaderamente rentable: nada menos que la desintegración de la URSS producida sobre los errores y las traiciones cometidas por los líderes soviéticos. Desde entonces, EEUU no lo ha vuelto a soltar. John Kerry ha llegado a confesar que “los talibanes no son sus enemigos”, y se refería a los acusados de volar las Torres Gemelas. Las últimas redes stay-behind de Washington (los grupos que ha utilizado y controlado en su beneficio) han sido:
a) El Ejército de Liberación de Kosovo (UCK): el grupo alqadista, respaldado por la Fuerza de Estabilización de Bosnia de la OTAN, para derrocar a Milosevic y desintegrar Yugoslavia, es el primer ensayo de EEUU en la “guerra humanitaria“. Tras la invasión de la OTAN, aquel país ha sido uno de las principales bases del yihadismo wahabita en Europa. Abdelmajid Bouchar, implicado en el atentado del 11-M de España, fue detenido en Belgrado en 2005.
b) Ansar al-Sharia y los rebeldes de Liberación Libia: fueron financiados para derrocar a Gadafi, llevando al país al borde de la guerra civil y a una nueva agresión de EEUU bajo la llamada “Operación Nueva Normalidad” que garantizaría la estabilidad del país, que no su democratización prometida.
c) “Ejército de Liberación” contra el régimen de Asad: incluye también “rebeldes” islamistas, entre ellos el EI, y sigue siendo financiado por Washington y sus aliados para destruir el Estado de Siria.