Tal y como sucedió con los prolegómenos de otras intervenciones de la OTAN, donde los medios nos iban condicionando para considerar a unos buenos y a otros malos, está sucediendo en la crisis de Ucrania.
Antes pasó en Siria, donde terroristas islamistas fueron presentados como rebeldes; también en Afganistán, donde los islamistas fueron primero valientes muyahidines que combatían al soviético invasor para acabar convertidos en terroristas cuando le interesó a Estados Unidos.
También lo vimos en Hong Kong, donde los opositores contra China eran los prodemocracia, pero que no se quejaban cuando eran colonia del Reino Unido; lo vimos en Irak, donde los kurdos eran buenos porque eran enemigos de Sadam Huseín, pero en Turquía son considerados malos y terroristas porque se enfrentan al Gobierno de un país perteneciente a la OTAN…
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