La dictadura chilena se ha presentado con trágicas cifras de muertos, desaparecidos, torturados, encarcelados… Se han detallado escalofriantes escenas de represión y masacres. Se han aportado pruebas y más pruebas de ese periodo ominoso de Chile y de la responsabilidad de Pinochet y su ejército en el genocidio. Pero teníamos la sensación de que faltaba algo, la voz y los testimonios de las familias de las víctimas. Es verdad que se habían recogido declaraciones, reacciones y denuncias, pero más por motivos procesales y judiciales que humanos. En el libro Mario Amorós «Después de la lluvia. Chile, la memoria herida», los familiares y sus seres queridos y asesinados son los protagonistas. Ellos son el mejor sumario, la mejor imagen de los sucedido en Chile desde el 11 de septiembre de 1973 hasta diciembre de 1978.
Normalmente los historiadores y los periodistas, y Mario es las dos cosas, tenemos el defecto de relatar los acontecimientos desde nuestra privilegiada y distante atalaya y se nos olvida que no deberíamos ser otra cosa que los mensajeros que unen los testimonios de quienes protagonizan la historia con la ciudadanía que tiene el derecho a conocerla.
En «Después de la lluvia. Chile, la memoria herida», 86 testimonios, tan humanos con desgarradores, nos recorren la tragedia sufrida por este país desde el 11 de septiembre de 1973 hasta diciembre de 1978, los años más duros de la represión de Pinochet que duraría 17 largos años. 3.197 personas serían asesinadas según los datos oficiales y centenares de miles partieron al exilio.
No existe estadística, informe de derechos humanos, ni documento que revele mejor que el testimonio de estas personas la crueldad de una dictadura, el crimen que se cometió en Chile.
En sus 25 capítulos, este libro nos lleva de la mano de las víctimas a los campos de concentración de Pinochet, las casas de tortura de la DINA, Colonia Dignidad, Villa Grimaldi, los atentados de la dictadura en Buenos Aires, Roma y Washington, lo que se vivió en el Palacio de la Moneda ese 11 de septiembre, los asesinatos del músico Víctor Jara, el ex ministro de Interior y Defensa José Toha, del periodista norteamericano Charles Horman que inspiraría la película «Desaparecido» de Costa-Gavras, del sacerdote Joan Alsina, el líder social Cristián Cartagena, los dirigentes políticos del MIR Humberto Lizardi, Héctor Garay, Lumi Videla, Sergio Pérez, Manuel Cortez, los hermanos Carlos, Aldo, Dagoberto, Iván y Mireya, los masacrados en la caravana de la muerte y los campesinos de Lonquen, el militar demócrata Alberto Bachelet, el líder mapuche Samuel Catalán, el general Carlos Prats, los socialistas Michelle Peña, Vicente García y Carlos Lorca, los comunistas Ricardo Weibel, Waldo Pizarro, Cristina Carreño, Manuel Recabarren y sus hijos Manuel y Luis Emilio y su nuera Nalvia, el también comunista, español funcionario de las Naciones Unidas Carmelo Soria o el ministro Orlando Letelier, asesinado en Washington mediante la operación Cóndor que llevó el genocidio por toda América y al funeral de Pablo Neruda y el exilio del pintor comunista José Balmes y su familia.
Es el testimonio estremecedor de la muerte y torturas de algunas de las 3.197 vidas segadas por la dictadura de Pinochet según los datos oficiales, pero decenas de miles según los testimonios de los testigos.
Este libro aporta a la humanidad más justicia que todos los juzgados de Chile, España y Reino Unido juntos que han permitido que sigan en libertad los asesinos, y más amor del que nunca los políticos que defiende las economías liberales aplicadas en las dictaduras podrán tener en toda su vida.
«Después de la lluvia. Chile, la memoria herida». Mario Amorós. Editorial Cuarto Propio. Santiago de Chile. 2004