Reconozco que cuando llegó a mis manos este libro de entrevistas a cubanos que se fueron de la isla, y cubanos que se quedaron, pensé que se trataría de un listado de respuestas complacientes hacia la revolución cubana, tanto desde fuera como desde dentro. Me equivoqué estrepitosamente, no hay más que comprobar las personas elegidas.
Tenemos a quince cubanos en el exterior, entrevistados por Luis Báez durante los últimos años a lo largo de todo el mundo, donde encuentro a activistas como Max Lesnik, pero también músicos, boxeadores e incluso a cubanos como Luis Manuel Martínez, batistiano y somocista confeso, quien nos cuenta interioridades impresionantes del exilio de Miami. Aparecen activistas contrarrevolucionarios que participaron en la invasión de Playa Girón, como Jorge Robledo Lorié, entrevistado en 1989 en Panamá. Otros que se acercaron a la revolución después de pasar por la cárcel por enfrentarla, como Lorenzo Gonzalo. O el magnate de radio y televisión de Cuba en los años 50, que salió del país tras el triunfo de la revolución y que al enterarse del intento de entrevistarlo dijo: “¿Se va a publicar un libro en Cuba donde aparezca una entrevista conmigo? No acabo de creerlo. Además, la entrevista no va a cambiar la opinión adversa que tengo del régimen cubano”. Encontramos también a otro batistiano, José Suárez Núñez, un periodista empotrado en el ejército de la dictadura enviado a combatir a la guerrilla en Sierra Maestra. También a activistas contrarrevolucionarios, más batistianos, gente de la bohemia…
Pero la pluralidad también aparece cuando llega el turno “a los que se quedaron”, lo deja bien claro el autor en su prólogo, “los entrevistados no responden a un mismo patrón político. Optar por la patria es algo más que una decisión política, es una esencia”. Y ahí encontramos al escrito Pablo Armando Fernández, reconociendo los duros tiempos que vivió en los años 60 y 70; Pedro Carreras, jefe del cuartel de Uvero cuando fue atacado por Fidel Castro en 1957; Gerardo Rafael Pérez, miembro de la coalición política que apoyó a Fulgencio Batista. Y también médicos como Enrique Hechevarria, economistas, poetisas, pintores, periodistas, peloteros…
El periodista Luiz Baez, con ese aspecto más de estibador portuario que de hombre de letras, tiene un olfato magnífico para saber dónde están los temas que interesan. Hasta ha conseguido sonsacarme anécdotas con Fidel Castro que ni yo había pensado en escribir. Ahora vuelve a dar en la diana con un libro donde cubanos, la mayoría con suficiente edad como para no tener que rendir cuentas más que a su conciencia y libres para decir lo que sienten, detallan sus experiencias y su análisis de la cubanía, la cubanía política y toda la demás.
Sin duda este es un libro de entrevistas que ni se imaginarían muchos que estuviese publicado en Cuba. ¿Editaría y financiaría también el gobierno Bush un libro de entrevistas a cubanos de dentro de la isla y lo presentarían en la feria del libro de Miami?
“Los que se quedaron. Los que se fueron”. Luis Báez. Casa Editora Abril. La Habana. 2008