Habitualmente los protagonistas de los libros que recuperan tiempos pasados suelen ser relevantes personajes históricos. En este cómic, a través de Marcelino, obrero textil afiliado a Izquierda Republicana; Lucía, su esposa; y su hijo, también de nombre Marcelino, conoceremos con toda su crudeza la vida de los madrileños durante la Guerra Civil española. Se trata de cuatro álbumes en los que, mediante su estilo de rostros lacerados por la tragedia y el horror, Carlos Giménez logra estremecernos, angustiarnos, transmitirnos todo el dolor y la crueldad de aquella guerra fraticida que algunos quieren que se pierda en nuestra memoria.
Giménez lo deja muy claro en sus palabras introductorias, ni es neutral ni facilonamente partidista: “el tibio quiere encontrar una historia light del estilo ‘todos somos buenos’; el rojo recalcitrante sólo quiere escuchar lo bueno que somos los de este lado [obsérvese su sincera primera persona]; el azul pertinaz, lo malos que son todos los de enfrente, y el fascista declarado, lo que quiere es que no se hable del asunto. Sobre todo no quiere que hablen de ello los que hasta ahora no habían tenido la ocasión de abrir la boca”. Nuestros protagonistas son sinceros y honestos, así explica la guerra Marcelino a su esposa: “Vivíamos en una tremenda pobreza y una gran incultura… y mucha gente queríamos salir de todo eso… ganamos las elecciones… Pero la derecha capitalista y los militares fascistas no querían que saliéramos… tal y como estábamos éramos mano de obra barata y un rebaño fácil de dirigir. Consideraron que teniendo las armas no eran necesario tener la razón. Quisieron aplastarnos y lo único que consiguieron fue despertar nuestras ganas de luchar y nuestro odio”
Como aclara el autor, se equivocan quiénes esperen “que el autor trate con la misma dignidad a los que desencadenaron la guerra que a los que la sufrieron, igualando así al asesino con la víctima, al que abusa con el que se defiende, al culpable con el inocente”. Creo que sería bueno que tomaran nota de estas palabras algunos modernos periodistas que siguen alardeando de equidistancia y neutralidad en su trabajo cuando “informan” de los bombardeos de la OTAN en Iraq o Afganistán.
La obra se presenta flanqueada por dos brillantes textos: un prólogo de Ramiro Pinilla y un epílogo de Antonio Martín.
Giménez, Carlos. “Todo 36-39. Malos tiempos” (cómic). DeBolsillo, 2011