Normalmente, se asocia a cualquier innovación digital la idea de que supone un claro progreso que comporta beneficios incuestionables para la sociedad y los ciudadanos. No obstante, en la era de la comunicación digital han surgido contradicciones que rebajan las promesas de felicidad o emancipación social a través de Internet o los smartphones en que convergen hoy los medios. Pascual Serrano explica en este libro lo que denomina “comunicación jibarizada”, es decir, un tipo de comunicación disminuida, más superficial e irreflexiva. En gran medida, los formatos breves, las lecturas diagonales y la aceleración que propician tecnologías como Twitter, Facebook o los portales en Internet condicionan informaciones descontextualizadas, refractarias a la complejidad y faltas de rigor. Tanto como recepciones ocasionales, fragmentadas y carentes de profundidad analítica.
Dada la saturación informativa en la Red, se imponen las visiones estereotipadas y panorámicas frente a los discursos bien hilados y argumentados. Modos de contar donde prima lo audiovisual, lo esquemático y anecdótico, como muestra la tendencia al amarillismo e insustancialidad de diversos medios periodísticos. Modos de leer que soslayan el esfuerzo intelectual, la lectura sosegada y en soledad necesaria para comprender e interpretar con sentido lo que ocurre.
Los déficit de concentración, estudiados por Nicholas Carr en Superficiales, generan así consumidores de información que Pascual Serrano asemeja a las abejas: de un sitio para otro sin pararse demasiado en ninguno. El resultado es una ciudadanía con mayor acceso a un espacio caótico, donde las voces más populares obtienen visibilidad y hegemonía por medio de discursos simplificados, espectaculares y carentes de orientación crítica argumentada.
La comunicación jibarizada. Cómo la tecnología ha cambiado nuestras mentes
Pascual Serrano
Península, Barcelona, 2013, 204 páginas, 13,50 euros.