No sé si fue hace quince o veinte años cuando conocí a Manuel Fernández-Cuesta. Vivía entonces en Milán y cada vez que llegaba a Madrid repasábamos la actualidad pública de la política y la privada, Manuel, Mariano Asenjo –por entonces redactor-jefe de Mundo Obrero– y yo. Los tres con la complicidad de quienes se sentían libres y a nadie nada debíamos. Luego Manuel dejó Italia y vino a Madrid y acabó sustituyendo a Mariano al frente de Mundo Obrero. De Milán a jefe de Mundo Obrero, y seguía sintiendo y diciendo lo mismo.
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Todos habíamos leído los ensayos del sociólogo James Petras, resultado de su excepcional capacidad de observación, su sabio genio deductivo y, no olvidemos, su corazón volcado en la causa del humilde e indignado por el crimen del poderoso. Pero algunas veces la realidad necesita de la ficción para hacerse más elocuente.
En síntesis, ambos libros constituyen una herramienta útil y hasta necesaria para todos aquellos involucrados en el mundo de la información, la educación, los movimientos sociales o, simplemente interesados en conocer más a fondo los resortes del poder.
En el diario Clarín de Argentina titulan «Por críticas a Chávez, prohíben un recital de Alejandro Sanz», en El País de España afirman que «Chávez le ha prohibido actuar el 1 de noviembre en el escenario previsto, de titularidad estatal». La agencia AFP titula también «Venezuela deniega una sala para un concierto de Alejandro Sanz» y Europa Press «Venezuela prohíbe a Alejandro Sanz actuar en Caracas por sus críticas a Chávez». Veamos lo sucedido.