La precariedad de mano de obra llega incluso para la prensa a la hora de atacar a Cuba y Venezuela. El mismo periodista, Daniel Lozano, escribía en la edición de papel del día 2 de abril sobre Venezuela “Crisis y rencillas internas amenazan al chavismo” (en la edición digital llevaba fecha del 1) y, dos días después, el día 4, sobre Cuba “La Primavera Blanca abre grietas en la Revolución” y “Tres huelguistas echan otro pulso a los Castro”. Y todo lo escribía desde Caracas, también las informaciones sobre Cuba. Los titulares ya muestran la “pluralidad” y “neutralidad” de sus reportajes.
En el texto, el criterio es alternar comentarios y declaraciones de analistas críticos con su discurso periodístico simpático del tipo “Y es que al líder bolivariano se le acumulan los problemas. Y son tantos que se ha visto obligado a pedir clemencia divina”, “Pareciera que en el camarote de los Hermanos Marx de la Revolución Bolivariana ya no cupieran más problemas. Pero si…”.
Esto en el reportaje sobre Venezuela, los dos siguientes, y sin moverse de Caracas, son sobre Cuba. Allí se repite el formato: cobertura a los huelguista de hambre y declaraciones de críticos. Eso sí, la foto que encontraron de Efe es de manifestantes a favor de la revolución. Su discurso es presentar como inminente la caída de la revolución: “El muro comenzó a resquebrajarse el 23 de febrero con la muerte del preso de conciencia Orlando Zapata, tras 86 días en huelga de hambre. Y ha continuado agrietándose durante 40 días por las protestas de Guillermo Fariñas y, sobre todo, de las Damas de Blanco. Las imágenes de la represión policial contra las madres y las esposas de los condenados de la Primavera Negra surtieron más efecto en la opinión pública mundial que cientos de campañas desde el exilio de Miami”. Por más que uno busque las imágenes de esa “represión policial” en internet sólo encuentra a agentes desarmados que las introducen en volandas en un autobús para llevarlas a sus casas.
El periodista presenta como “mentes atrevidas” a quienes aportan declaraciones contra la revolución y “atrincherados tras la doctrina oficial” a los que la defienden. En subtítulo afirma el periodista ubicuo que “Parte de la izquierda latinoamericana se suma a blogueros y disidentes con la petición de cambios en La Habana”, pero no cita nunca los más de diez mil firmantes del manifiesto En defensa de Cuba. Afirma que los cantautores históricos de la revolución se distancian de ella y cita que Silvio Rodriguez “presintió la posterior censura de sus palabras” tras la presentación de su último disco. Pero su intervención pública fue difundida textual e íntegra por los medios cubanos, e incluso en los digitales se encuentran enlaces a los vídeos en youtube.
Menos mal que el día 3, Sábado Santo, no hubo periódicos en España, porque Lozano bien podría haber escrito desde Caracas otro reportaje criticando a Evo Morales.
Ya puestos escribir de cualquier país desde Caracas, Público podría haber encargado a Lozano que
contara algo sobre los cinco periodistas asesinados en Honduras sólo en el mes de marzo. O los presos marroquíes en huelga de hambre. Pero parece que lo de Daniel Lozano y Público es una ubicuidad muy selectiva.
Para quienes vivan fuera de España, aclararles que Público se presenta como el periódico más progresista del país, su principal accionista, Jaume Roures, afirmaba en una entrevista en 2009: “yo no trabajo, yo milito (…). La crisis actual demuestra los fallos del capitalismo y da actualidad al mensaje de Marx”. Pues precisamente los dos gobiernos contra los que embisten son los que más se declaran cercanos al marximo en América Latina ¿Qué publicaría en su periódico si defendiese el mensaje de Milton Fridman?