Razones de agenda me han impedido atender la invitación del Ministerio del Poder Popular para la Cultura de Venezuela para participar en el evento “Los intelectuales frente a la crisis del capitalismo”. Sin embargo, no quiero desaprovechar la oportunidad de compartir algunas palabras con todos los amigos que allí se encuentran y ese pueblo venezolano que seguro participará.
Dijo el lingüista Noam Chomsky en su obra La responsabilidad de los intelectuales, allá por 1969 con motivo de la guerra de Vietnam, que la responsabilidad del intelectual es, sencillamente, “decir la verdad y denunciar la mentira”. Es impresionante que ese reto sea tan simple y al mismo tiempo tan complicado en los tiempos actuales. Existen momentos históricos en los que el papel del intelectual es fundamental y debe mostrar si trabaja para perpetuar el sistema de los poderosos o, al contrario, se sitúa al lado de los pueblos. La guerra civil española fue una de esas situaciones. Pero también la de Vietnam, la revolución cubana, la invasión de Iraq, esta revolución bolivariana de Venezuela o ahora la crisis capitalista que sacude al mundo.
La otra función del intelectual es acortar al máximo la brecha que existe entre él y el ciudadano. Es decir, elevar el nivel cultural de cada hombre y cada mujer para que la literatura, el arte, la música, el cine y el resto de ciencias y artes dejen de ser privilegio de pocos para convertirse en riqueza de todos. Y ahí es donde se comprueba si un gobierno de verdad quiere un pueblo culto, con conciencia, sin miedo al conocimiento, al debate o la confrontación de ideas.
El gobierno de Venezuela, en esta ocasión y en otras muchas, ha convocado a los intelectuales que se sitúan al lado de los pueblos. Y el gobierno de Venezuela ha demostrado su apuesta por elevar el nivel cultural de los venezolanos: con sus misiones culturales, con su política editorial, su apoyo a las tradiciones de su país, su apuesta por desarrollar una estructura de medios de comunicación alternativa al mercado…
De modo que aquí tenemos intelectuales de todo el mundo comprometidos con la humanidad, un gobierno que trabaja por la cultura de sus ciudadanos y un pueblo dispuesto a luchar por su revolución pero consciente de que, como cualquiera de nosotros, tiene que avanzar y desarrollarse culturalmente. Como le dijo Fidel a su hermano Raúl al reencontrarse en Sierra Maestra y saber que traía cinco fusiles: Ahora sí que somos invencibles.
Mis mejores deseos para el encuentro “Los intelectuales frente a la crisis del capitalismo”. Y mi sana envidia por no poder acompañarles.