A alguien le puede parecer pretencioso que un miembro de Izquierda Unida pretenda posicionarse públicamente sobre la situación del PSOE, pero pienso que nada de lo que ocurra en la vida pública nos resulta ajeno a los que seguimos comprometidos en la política. Menos aún si lo que sucede es un partido, y con más razón si se trata del partido con el que firmamos un acuerdo de gobierno para está legislatura. Por otro lado, bien es verdad que en IU también tenemos mucho trabajo por hacer y decisiones por tomar, también estaría de acuerdo en que desde el PSOE se opine al respecto.
Escuchando a los candidatos y aspirantes a candidatos a la secretaría general del PSOE, e incluso a la mayoría de sus líderes, no dejo de asombrarme cómo parece enterrada cualquier idea de la "unidad de la izquierda", tan aireada antes desde esas mismas filas. Parece como si, una vez comprobado que el acuerdo con IU no ha ofrecido los dividendos electorales deseados, deja de tener sentido pensar en una recomposición social de la izquierda que vaya más allá de construir el organigrama del nuevo partido socialista tras su congreso. También resulta preocupante que, una vez instalados los críticos de IU en los correspondientes grupos socialistas institucionales y sin un nuevo relevo de personas que vuelvan a jugar ese papel en nuestra coalición, el llamamiento a la unidad de la izquierda, tan utilizado como munición contra IU desde las filas socialistas y neosocialistas, haya perdido todo interés para los portavoces del PSOE. En conclusión, parece que lo que para nosotros es un importante elemento para lograr que en nuestro país se puedan llevar a cabo políticas de gobierno de izquierda, para el PSOE no fue más que un vocablo destinado a erosionar a IU y a responsabilizarla de la existencia de un gobierno del PP.
Creo que nuestras organizaciones se encuentran en un momento fundamental para repensar sus estrategias y sus relaciones. Ambas deben concebir la unidad de la izquierda como una necesidad y no como una estrategia de agresión y búsqueda de culpables. Si el PSOE sólo pretende disputar el centro político con el Partido Popular, mal camino lleva. No solamente para la izquierda sino para recuperar el poder. Los españoles que no son de izquierdas han comprobado que para seguir privatizando empresas públicas, aplicar políticas neoliberales en la construcción europea y continuar con una política exterior servil al FMI y BM en lo económico y a EEUU y a la OTAN en lo militar, ya tienen al PP. Y nada de eso parece que quieran cambiar los candidatos socialistas.
Asistimos con tristeza al espectáculo de unos representantes del PSOE, con Bono a la cabeza, renegando de cualquier acuerdo y relación con IU. Que limitan su propuesta política expresiones como "remangarse" y "reivindicar el centro" sin que nadie en este país vea su diferencia con el PP, a excepción de que algún líder regional de los primeros está recogiendo firmas para el indulto de asesinos de Estado. Deben recordar que la diferencia de programa y propuestas con el Partido Popular sólo puede ser una: ser de izquierdas. Y ahí en la izquierda, estamos nosotros, Izquierda Unida, con nuestras miserias y nuestras grandezas. La sociedad española está esperando que nos encontremos, pero ese encuentro no puede ser en el Ritz franqueados por el director de ABC y Alberto Ruiz-Gallardón ante mil empresarios, señor Bono.
