Hemos asistido en los últimos años a la desaparición del término “clase social” del vocabulario de los políticos y de los grandes medios de comunicación. Un concepto fundamental del análisis sociológico y político de los siglos XIX y XX ha terminado proscrito en el mayor caso de limpieza lingüística por razones ideológicas que se conoce. El joven escritor y activista británico Owen Jones, en su libro Chavs. La demonizacion de la clase obrera (Capitan Swing, 2012), cuenta cómo en 1990 los laboristas, en un comité creado por el Gobierno para revisar la clasificación social utilizada en las estadísticas oficiales, se unieron a la estrategia del thatcherismo de vetar cualquier referencia a la clase social.
También te puede interesar
A lo largo de sus doscientas páginas este veterano doctor en Comunicación Pública que tanto nos ha enseñado a muchos, nos expone cómo funciona el sistema de manipulación a través de lo que él denomina “uso perverso de la lengua”.
El pasado 30 de abril se hizo pública la decisión del Juzgado de Instrucción número 53 de Madrid de archivar la causa contra Vox por el polémico cartel contra los menas. En este cartel electoral de Vox se ve a un lado a una anciana y a otro a un niño migrante con el texto «Un mena 4.700 euros al mes, tu abuela 426 euros de pensión/mes» con el lema «Protege Madrid, vota seguro».
Acontecimientos como la tragedia de los huracanes Gustav e Ike, pueden ayudar a comprender la maldad escondida detrás de las medidas estadounidenses contra Cuba.
La entrevista a la ministra de Igualdad Irene Montero en Vanity Fair ha abierto de nuevo el debate sobre el comportamiento de los líderes de la izquierda ante los medios de comunicación. Frente a algunos partidarios de que la izquierda no debe legitimar medios claramente hostiles a sus ideas, otros consideran que deben aprovechar todas las oportunidades que se ofrezcan para poder exponer sus posiciones.