El 19 de julio de 1979, las columnas guerrilleras del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) entraban en Managua derrocando al dictador Anastasio Somoza, quien se refugiaría en Estados Unidos. Se abría una gran esperanza para este país centroamericano y un nuevo frente de guerra diplomática y literal para Estados Unidos en su objetivo de tumbar un nuevo proyecto soberano en Latinoamérica.
Testigo de aquellos apasionantes años fue el hoy profesor de Derecho Internacional y Relaciones Internacionales en la Universidad Autónoma de Madrid, Augusto Zamora. Fue director jurídico del Ministerio del Exterior nicaragüense y jefe del gabinete del ministro de Exterior desde 1979 hasta 1990. Fue también abogado en Nicaragua en el caso contra EEUU en la Corte Internacional de Justicia. Formó parte del equipo negociador de Nicaragua en los procesos de Contadora y Esquipulas y, de esto último trata su nuevo libro “La paz burlada. Los procesos de paz de Contadora y Esquipulas”.
Contadora fue un proceso negociador patrocinado por México, Panamá, Venezuela y Colombia, que nació como iniciativa que tenía por objeto impedir la escalada de intervención y guerra regional creada por la Administración Reagan para terminar con la revolución sandinista en Nicaragua. Tomará el nombre de la isla donde celebró su primera reunión, el 9 de enero de 1983. En opinión de Zamora, “se trató de una iniciativa novedosa e inesperada, que rompía con décadas de parálisis y dependencia latinoamericana respecto” a Estados Unidos. Era, por tanto, la primera iniciativa en América Latina contra la política imperial de Estados Unidos desde 1856, lo que suponía “un resurgimiento de la identidad latinoamericana”, inédita en el siglo XX.
El proceso de Contadora, nos recuerda el autor, no se redujo a mediar en la crisis centroamericana, sino que se transmutó en el denominado Mecanismo de Río, un “mecanismo de consulta y concertación política” que se reúne por primera vez en abril de 1987 en la ciudad argentina de Bariloche.
Aunque el proyecto original no logró frenar la embestida contra Nicaragua por Estados Unidos, como la historia ha podido demostrar, Augusto Zamora considera que el proceso y el espíritu de Contadora ha sobrevivido en el tiempo mediante el Grupo de Río que es hoy, “a pesar de sus limitaciones, la instancia más sólida de debate regional, sin le presencia perturbadora y siempre deformante de Estados Unidos”. Este Grupo se reúne anualmente y favorece consensos fundamentales para los intereses de la región como la condena de la Ley Helms Burton en 1995, así como abordar diversos conflictos entre países como los de Brasil con Argentina, Bolivia con Chile o Ecuador con Perú.
Y como fue en Nicaragua donde el papel de Contadora tuvo su mayor importancia, es por lo que en este libro Augusto Zamora aborda el origen, desarrollo y fin del proceso negociador desde la perspectiva de este país centroamericano.
La segunda parte de la obra la dedica a lo que considera el lado opuesto de Contadora, Esquipulas II. Para el autor, “si Contadora era expresión de la mejor tradición latinoamericana, Esquipulas II era hija directa de la intervención extranjera”. Con el triste papel del entonces presidente de Costa Rica, Oscar Arias, bien premiado después con un Nobel, Nicaragua “se entregó voluntaria al entierro de una revolución que había costado, desde 1977, cerca de 100.000 muertos y 500.00 víctimas, entre heridos, huérfanos, lisiados y desplazados”.
Y si “Contadora supo y pudo mutarse en el Grupo de Río, de Esquipulas no queda más que el recuerdo histórico y una región devastada”.
El balance que hace este profesor de la situación actual de Centroamérica no puede ser más desolador. Las muertes violentas, fruto de la pobreza y de la delincuencia son ahora más numerosas que durante las guerras que vivió la región en la década de los ochenta. Pero, además, la constante amenaza de la intervención extranjera, “ha dejado incrustado el temor de que, si se vota a las fuerzas políticas que enfrentaron al imperio, éste puede volver a tomar represalias y aplicar a los pueblos un nuevo y traumático castigo”. Podemos comprobar en cada cita electoral cómo desde Estados Unidos se presiona y chantajea, en especial donde la izquierda puede aspirar a llegar al poder.
Mientras tanto, hoy, en la región, como bien señala Augusto Zamora, el descontento toma dos formas a cual más triste y destructiva, el éxodo y las maras (grupos de delincuencia común). No deja de ser insultante que los grandes medios y los poderosos gobiernos no dejen de pregonar los “peligros” que acechan a los latinoamericanos de la mano de lo que ellos denominan “populismos” en la comunidad andina, mientras ignoran el drama de pobreza, analfabetismo y delincuencia en una Centroamérica, gobernada diligentemente por el modelo ideal de democracia que Estados Unidos y el neoliberalismo reserva para todo el continente.
Comprender el momento actual de la región requiere descubrir la historia reciente. En este libro podemos conocerla de la mano de un testigo privilegiado.
La paz burlada. Los procesos de paz de Contadora y Estipulas. Augusto Zamora R. Febrero 2005. www.editorialsepha.com
