Hemos conocido el discurso de toma de posesión de María Dolores de Cospedal como ministra de Defensa. Discurso rodeado de banderas rojigualdas, militares, crucifijos y biblia. Un casposo viaje en el tiempo, pensarán algunos; mera simbología de guiños a nuestra historia, dirán otros. Pero Cospedal dijo en ese discurso que, precisamente las Fuerzas Armadas ostentan los pilares fundamentales de una nación. Ojo, no es ni la voluntad popular, ni el Estado de Derecho, ni siquiera la Constitución; son los militares con sus crucifijos y sus biblias. Y su cabra, perdón.
Y si alguno cree que lo mejor de España son sus médicos, sus maestros, sus cooperantes en el Tercer Mundo o sus investigadores se equivoca. Bien claro lo dejó Cospedal: “Nuestras Fuerzas Armadas son digna bandera de lo mejor de España y de todos y cada uno de los españoles”.