Tras lo acontecido los últimos meses, poca gente puede haber que tenga un buen concepto de las Naciones Unidas. Para los pronorteamericanos es una rémora económica, inoperativa y burocrática. Para los antiimperialistas, un muñeco roto en manos de los países con derecho a veto en el Consejo de Seguridad, o simplemente de Estados Unidos. Y mucho nos tememos que, por una vez, ambos bandos tengan razón. Y si alguien necesita ejemplos, datos y experiencias, aquí está el libro «De brazos cruzados. El fracaso de la ONU en los conflictos internacionales» de Linda Polman, en el que relata situaciones que podrían ser cómicas y surrealistas si no fuera porque antes que nada son tragedias que deberían de avergonzar al género humano.