Una nueva serie de Netflix nos da la alegría de recuperar a dos personas que las dinámicas del mercado habían silenciado. Estoy hablando de la serie Los favoritos de Midas y los recuperados han sido el actor Guillermo Toledo y el escritor Jack London. Tras diez años silenciado en nuestro país, aquí descubrimos a un Toledo alejado de sus habituales papeles frívolos, y se agradece.
Pero me centraré en el escritor Jack London, en uno de cuyos cuentos se basa la serie. De Willy Toledo seguro que todos iremos teniendo noticias con frecuencia. La mayoría de la población conoce a London por sus cuentos de aventuras, todos recuerdan Colmillo Blanco o La llamada de los salvajes, pero es bueno señalar que tiene obras magistrales de gran contenido social y tramas espectaculares. Quiero destacar dos de ellas, El talón de hierro (nombre que tomé para el título de mi sección en Mundo Obrero) y Martín Eden. En la primera aborda el socialismo y las luchas de los trabajadores contra sus opresores y lo narra como una historia de amor futurista y premonitoria, un formato que le sirve para denunciar la conformación de un cruel y sangriento sistema capitalista que siembra de muerte y miseria a los trabajadores de todo el mundo y en especial a los estadounidenses en la segunda década del siglo XX. En Martín Eden muchos ven una obra autobiográfica, en la medida en que trata la historia de un muchacho de origen humilde, marinero, que, por azar, termina acogido en una familia refinada y acomodada. El joven descubre un nuevo mundo del que le fascina la cultura, se obsesiona con aprender, con leer y, finalmente, con escribir hasta alcanzar el reconocimiento. Todo ello entre angustias, frustraciones y contradicciones de clase.
Las dos novelas se encuentran editadas por Akal. En cuanto al resto de su obra, existe una recopilación de tres volúmenes (Cuentos completos) publicada en 2017 por la editorial Reino de Cordelia.
El cuento de Jack London en el que se inspira Los favoritos de Midas se publica en 1901 con el título The Minions of Midas y sería Jorge Luis Borges quien lo traduciría al castellano bajo el título de Las muertes concéntricas. La adaptación del director Mateo Gil incorporará más tramas y personajes, así como lo trae a la actualidad. Como todas sus obras políticas estamos ante una reflexión sobre la naturaleza humana, las luchas de clases y los procesos con los que los desfavorecidos se enfrentan al poder y los poderosos oprimen.
No dejará de ser paradójico que, más de cien años después, una plataforma de contenidos audiovisuales online pueda ser la vía por la que algunos jóvenes (y quizás no tan jóvenes) puedan llegar a conocer a Jack London y quién sabe si también animarlos a leer su obra.