El anuncio de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, de que abandona Twitter ha abierto un debate sobre el ambiente que se respira en algunas redes, especialmente en Twitter, probablemente la más politizada.
Las razones expuestas por Colau son básicamente dos: la «tiranía de la exposición permanente», que le obliga a dedicarle mucho tiempo y atención; y la percepción de que «en los últimos años es sabido por todos que la red se ha llenado de perfiles falsos y anónimos que intoxican e incitan al odio».