Página personal del Periodista Y Escritor Pascual Serrano

El control israelí de los medios de comunicación en Palestina

El manejo de la cuestión palestina en los medios de comunicación ha sido objeto de reiteradas discusiones, sobre todo cuando suceden eventos como la última agresión israelí a Gaza. La denuncia hecha hace unas semanas contra de Agencia EFE por remover a su corresponsal jefe en Jerusalén tras supuestas presiones de la embajada israelí en Madrid (el periodista Javier Martín no llegó a estar ni un año en su puesto, un verdadero récord para cualquier jefe de oficina) pone una vez más sobre la mesa este tema tan comentado. Como persona directamente involucrada con los medios de prensa en Palestina, puedo dar fe de ciertos avances logrados por la máquina de propaganda israelí.

Cada corresponsal que quiera cubrir la situación de Palestina sobre el terreno debe obtener primero una credencial de prensa israelí. Dado que las fronteras de Palestina están controladas por Israel, es esa credencial la que permite al corresponsal obtener o no un visado. Esto hace que desde el primer momento el contacto entre el periodista y el gobierno israelí debiera ser automático, algo que no sucede en el caso palestino. Hay casos notables de periodistas de importantes medios que han venido y se han ido sin tan siquiera conocer el edificio del ministerio de información palestino donde se obtiene la credencial de prensa para Palestina. Es ese control impuesto por el gobierno israelí el que le permite llevar a cabo una serie de políticas para limitar la presencia de prensa extranjera, bien a través de cuestiones tributarias bien por medio de conductas más agresivas que hacen prácticamente imposible la acreditación de cámaras extranjeros. Esto último obligó a una serie de importantes medios de comunicación a registrar a sus cámaras como productores en una medida que buscaba, según muchos, que los canales de televisión se vieran forzados a contratar cámaras israelíes.

La inmensa mayoría de los corresponsales vive en zonas israelíes. La comodidad muchas veces vence al instinto que deben tener los corresponsales. Son incontables el número de crónicas que son una mera traducción de la prensa israelí, o que se basan íntegramente en fuentes palestinas obtenidas de otros medios. En estos casos, ¿cuál es el valor agregado de una corresponsalía? Un productor de un corresponsal muy conocido me comentaba que, tras enviar a un cámara a Cisjordania, el corresponsal hacía las entradillas de sus notas desde aldeas palestinas dentro de Israel (con construcciones similares a las de Nablus o Ramallah), dando así la falsa impresión de que había escrito desde el terreno.

 

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