Ese gran especialista en comunicación que era Vicente Romano llamaba a la publicidad la «industria del reclamo». Es un clásico que cualquier causa social termina siendo absorbida por el mercado, es decir, termina convertida en material para el reclamo. Recordemos el famoso ejemplo de la foto del Che, icono todavía hoy de camisetas y tazas. Ahora le ha tocado al feminismo. Una vez incorporadas al feminismo la reina Letizia, Patricia Botín y Ana Rosa Quintana, solo queda que las empresas hagan caja en nombre de la lucha por la igualdad de la mujer. Y para eso está la publicidad, la industria del reclamo.