Vivimos en un país donde un ministro de Hacienda (Rodrigo Rato) está acusado de defraudar al fisco 6,8 millones, donde el líder histórico del nacionalismo catalán (Jordi Pujol) y su familia se llevaban el dinero a Andorra. Un país en el que un ministro de Defensa (Federico Trillo) resulta ser quien menos defendió a sus militares, primero vivos, cuando les subió a un avión desvencijado; y después muertos, cuando ni se molestó en investigar la tragedia, identificar los cadáveres y tratar con respeto a las familias.