El sábado 21 de enero encontramos a toda página en El País una publicidad especialmente curiosa que nos ayudará a comprender algunas cuestiones. El anuncio parece informar de un encuentro denominado “Invertir en Perú” y, aunque señala la fecha, el 26 de enero en Madrid, no indica ni la hora ni el lugar exacto. En cambio, sí especifica las intervenciones que habrá en el encuentro. Por parte de Perú, los ministros de Economía y Finanzas, Relaciones Exteriores y Comercio Exterior y Turismo. Por parte de España, el ministro de Economía y directivos de Repsol, Teléfonica y BBVA. Se indica también que el evento lo clausura el presidente de la República del Perú, Ollanta Humala. En la foto del anuncio, sin ningún pudor, presentan un montaje del Machu Picchu rodeado de tres horribles edificios insertados a golpe de Photoshop en los Andes que, se sobrentiende, son sedes de cada una de las tres multinacionales citadas.
La publicidad aparece pagada -como no- por Telefónica, BBVA y Repsol, con sus tres logos en la parte inferior de la página. Pero también por dos periódicos, el peruano La República y el español El País, lo que vuelve a mostrarnos la estrecha relación en objetivos comerciales entre periódicos y multinacionales.
Un encuentro de este tipo, es decir, de multinacionales españolas con el staff ministerial de un gobierno latinoamericano, bendecido por la clausura de su presidente es, sin ninguna duda, el mejor escenario para los poderes económicos. De ahí el entusiasmo de multinacionales y medios de comunicación en pagar una página de publicidad. Sin duda un gesto así por parte de un gobierno y su presidente debe ser adecuadamente correspondido por el diario El País, diligente brazo mediático de los grupos multinacionales españoles, entre otras razones porque o son accionistas de la empresa (caso de Telefónica) o porque son acreedores de sus préstamos impagados y vencidos hace ya mucho tiempo (caso del BBVA), o porque son poderosos anunciantes (caso de Repsol). Por ello, al día siguiente, aparece en la edición del domingo un “Diálogo con el presidente de Perú” de cuatro páginas y firmado nada menos que por el consejero delegado de Prisa, Juan Luis Cebrián. Se anuncia ya desde portada con un titular que ya comienza a devolver favores: “Ollanta Humala, el buen guerrero”. Humala intentó un levantamiento militar en el año 2000 pero, a diferencia de Hugo Chávez, el periódico El País nunca le llama ahora ex golpista. El consejero delegado de Prisa se ve obligado a explicarlo al inicio de la entrevista: “Yo tenía de él una imagen estereotipada de que la mayoría de los medios occidentales y la casi totalidad de su país habían difundido: un militar golpista, un Chávez a la peruana que había cambiado al exuberancia caribeña por la severidad del inca, pero que en el fondo constituía la misma amenaza para la democracia que la representada por cualquiera de los otros caudillos latinoamericanos de nuevo cuño”. Pobre Juan Luis Cebrían, víctima desinformada de los medios occidentales, él, ex director y consejero delegado del más importante grupo mediático occidental en español.
Qué lejos queda aquel 30 de marzo de 2006 cuando el entonces candidato presidencial Ollanta Humala era amigo de Hugo Chávez y el diario El País le dedicaba un reportaje titulado “Viaje al feudo del caudillo peruano”. Entonces escribían cosas así; “el ex teniente coronel vuelve a Tacna, la última ciudad peruana antes de pasar a Chile. Muy cerca de allí, en Locumba, en octubre de 2000, al mando de 69 reclutas, se sublevó contra Alberto Fujimori”, “Tacna es el corazón del movimiento de un candidato cuya vida política comenzó hace apenas 11 meses y cuya familia pone los pelos de punta a muchos peruanos”, “La familia, su militarismo y su falta de experiencia han sido sus flancos más cuestionados por sus principales rivales”, “Por la noche, en el mitin, la parafernalia castrense lo invade todo. Los llamados reservistas, muchos ex combatientes contra la guerrilla de Sendero Luminoso y en la guerra contra Ecuador (1995), vestidos con una camiseta negra con inscripciones en amarillo y pantalones de combate, se ocupan de la seguridad del Comandante”.
A Juan Luis Cebrián se le olvidó añadir el domingo 22 de enero que esa imagen estereotipada de golpista a lo Hugo Chávez se esfumó cuando tuvo a Humala invitando a las multinacionales españolas a su país. Y más todavía si el presidente aprueba que los libros de texto de los colegios peruanos sean de la editorial Santillana, eso merecería otra gran entrevista. O quizás ya fue ese el pago por la del 22 de enero.
Hace años un ministro cubano me preguntó de forma discreta y confidencial, cómo debía hacer su gobierno para que el diario El País informara con veracidad de la realidad cubana. Yo le dije que eso era muy sencillo de conseguir. Bastaba con que privatizaran su servicio telefónico y se lo dieran a Telefónica, su sistema eléctrico a Endesa o Iberdrola, la gestión de sus pensiones, sus servicios de seguros y financieros al BBVA o al Banco de Santander, los libros de texto de sus colegios deberán ser de Santillana y los de Alfaguara sin coste alguna en la importación y facilidades para la distribución. En esa línea, y verán qué amables comenzarían a ser las informaciones y editoriales del diario El País. Esa política es la que tenía Argentina en el año 2000. Sufrió una crisis formidable que dejó a los ciudadanos en la indigencia, pero El País nunca criticó las políticas de aquellos gobiernos. Parece que ha sido Ollanta Humala quien escuchó mis irónicas recomendaciones.
Un último detalle. Finalmente entramos en la página web del diario donde se da más información del encuentro y pudimos conocer el lugar: El Casino de Madrid, en la calle de Alcalá. Sin duda el lugar más adecuado, un casino.
Pascual Serrano es periodista. Su último libro es "Contra la neutralidad. Tras los pasos de John Reed, Ryzard Kapuścińsky, Edgar Snow, Rodolfo Walsh y Robert Capa" . Editorial Península. Barcelona