Reconozco que muchas veces me indignan los métodos del diario El País para embestir contra los procesos progresistas en América Latina, pero lo del domingo 23 de marzo sobre Cuba y Fidel Castro resultaba tan patético que solo podía despertar una sonrisa. Se trata de un especial de El País Semanal titulado “Fidel Castro. Último capítulo. Una mirada inédita”, que además aparece en portada de la edición digital del periódico de ese día. Dos fotos que lo ilustran no pueden ser más maliciosas: la de El País Semanal, a toda plana, es Castro durmiendo con un libro abierto en el pecho titulado “Historia del Partido Comunista de la Unión Soviética”, pretendiendo así insinuar paralelismos. En la edición digital, una foto de Raúl Castro, Sadam Husein y Fidel Castro, sin ningún pie de foto que hiciera referencia a los protagonistas. No hacía falta, no había ninguna razón ni ningún criterio periodístico, bastaba crear la asociación.
Vayamos a los textos que integran el especial. Son cuatro. El primero, digamos que introductorio (el único escrito para este reportaje especial), sale de la pluma del corresponsal de El País en La Habana, Mauricio Vicent. Los otros tres, de archivo, son de Guillermo Cabrera Infante, Manuel Vázquez Montalbán y, el último, del novelista gallego Manuel Rivas.
Es curioso que de los tres textos seleccionados para acompañar al de su corresponsal e ilustrar lo que El País denomina “Ultimo capítulo de Fidel Castro”, dos son de autores que murieron hace varios años (Cabrera Infante en 2005 y Vázquez Montalbán en 2003), mientras que el de Manuel Rivas cuenta su experiencia sobre Fidel Castro y se limita a vagas referencias de una reunión “el siglo pasado”.
El diario presenta el artículo de Cabrera Infante, escrito en 2004, como inédito. Probablemente lo sea, pero ninguna de las ideas que allí presenta lo son, todo ello lo ha repetido el autor de Tres tristes tigres un numerosas ocasiones. Sin ir más lejos, en otro artículo publicado en El País en marzo de 1995 bajo el título “Colonia de esclavitud”. En cuanto al texto de Manuel Vázquez Montalbán, es la reproducción de un capítulo de su libro Y Dios entró en La Habana, publicado en 1998 –recordemos en este punto que el especial se titula en la edición digital “Fidel Castro. Una mirada inédita”- al rebufo de la visita del Papa Juan Pablo II a La Habana, escrito sin ni siquiera reunirse con el presidente cubano. El último, como ya dijimos, es del escritor gallego Manuel Rivas, quien bajo la seducción de un encuentro de periodistas con Fidel Castro “el siglo pasado”, termina dando lecciones de política agrícola. Rivas no hace ninguna referencia a la Cuba que ha podido ver hace un mes durante su visita a la Feria del Libro de La Habana, donde los cubanos pudieron comprar su libro El lápiz del carpintero por menos de medio euro.
En conclusión, que, a excepción de su corresponsal en La Habana, El País no ha encontrado ninguna firma que escriba algo referente a los últimos cuatro años, para incluir en su especial sobre el “último capítulo” de Fidel Castro.
La última curiosidad de este El País Semanal es que tras el especial del presidente cubano viene un reportaje sobre la miseria, la pobreza y la tragedia de la emigración de Marruecos. Después de leerlo, no se puede saber ni quién gobierna Marruecos ni quién es su jefe de Estado. Para Mohamed VI el diario no tiene comentarios.