Izquierda Unida considera que detrás del excesivo gasto farmacéutico en nuestro país está la "práctica generalizada entre los laboratorios farmacéuticos" de pagar a los médicos en dinero o en especie para que receten sus productos.
El pasado 17 de septiembre la portavoz de Izquierda Unida en el Congreso de los Diputados, Angeles Maestro, anunció que su grupo se personará como acusación popular en el juicio que se sigue contra la multinacional norteamericana Abbott.
La denuncia parte de un ex directivo de la empresa, quien afirma que Abbott dispone de un presupuesto de 400 millones de pesetas para "comprar la voluntad" de los médicos. El denunciante ha aportado a la justicia 94 pruebas documentales.
Los hechos denunciados serían "constitutivos de un delito continuado de cohecho hacia los citados médicos de la Seguridad Social pública", según consta en el texto de la denuncia. Además, siempre según el denunciante, se vulnera "el derecho a la intimidad y privacidad de los pacientes", puesto que sus datos son facilitados por el médico a la multinacional con el objeto de acreditar que se ha recetado el medicamento fabricado por Abbott.
El juez ha emitido un auto en el que señala no se considera justificada la personación del ex empleado por entender que no ha sido dañado por los hechos denunciados, por lo que la personación de Izquierda Unida como acusación popular resulta imprescindible para evitar que el caso quede archivado.
La diputada Angeles Maestro ha señalado que, además, remitirá al Fiscal General toda la documentación para que, si procede, actúe de oficio en el caso. También anunció que interpelará en el Congreso al ministro Romay Beccaria sobre el presunto delito de cohecho cometido por la multinacional norteamericana.
El mismo día que IU anunciaba su decisión de personarse en el juicio contra Abbott, se hacía pública la condena a un médico del Insalud por cohecho y falsedad y a dos directivos del laboratorio farmacéutico Kendall. Este laboratorio utilizaba métodos similares a los presuntamente usados por Abbott.
Un registro en la sede de Kendall llegó a descubrir un listado de 90 médicos que habían participado en sobornos. El directivo de Kendall condenado afirmó durante el juicio que la empresa le despidió porque "otros laboratorios pagaban más dinero a los médicos" y éstos optaron por cambiar de medicamento.
