Creíamos que trabajaban al servicio del país y de la comunidad puesto que formaban parte del gobierno elegido por los ciudadanos, pero ahora vemos cómo pasan por caja para recibir sus honorarios del amo al que sirvieron cuanto dirigían los destinos de España. De forma que el vicepresidente que teníamos para regular la economía y el sistema bancario –Rodrigo Rato- ahora cobrará cada año 200.000 del Banco de Santander, quien también paga como asesores a los ministros que velaban por nuestro medio ambiente (Isabel Tocino) y nuestros intereses internacionales (Abel Matutes). Pero Rato también cobrará 2’7 millones de euros anuales del banco Lazard, una de las grandes firmas de asesoría financiera y gestión de activos.
Otro vicepresidente, el responsable de la construcción de las infraestructuras en España (Alvarez Cascos), pertenece ahora al consejo de administración de cinco empresas privadas, algunas de ellas dedicadas, casualmente, al “desarrollo y construcción de toda clase de infraestructuras y equipamiento civiles, públicos o privados, tanto a nivel nacional como internacional”. En la nómina de esas empresas está acompañado de otros miembros de su gabinete cuando era vicepresidente como un ex secretario de Infraestructuras y una ex vicepresidente del Banco Europeo de Inversiones.
Un ministro que se encargaba también de las infraestructuras de nuestro país (Rafael Arias Salgado) ahora preside en España un grupo de distribución alimentaria de capital francés, Carrefour, y el que fue responsable de la política de Industria y los Asuntos Exteriores (Jospe Piqué), está al frente de una gran aerolínea internacional, Vueling.
Tampoco falta un ex secretario de Estado de Comunicación (Alfredo Timermans) que ahora trabaja para la Telefónica privatizada.
Quien fue el responsable de resolver los problemas de la industria y la energía de todos los españoles (Luis Carlos Croissier) resulta que ahora trabaja y cobra de una de las empresas que nos vende energía, Repsol. Y después de ser el encargado gubernamental de que la Bolsa funcionara honestamente pasó a ser consejero de dos grandes empresas que operan en Bolsa, Jazztel y Adolfo Domínguez.
El que fuera encargado de velar por la salud de la economía de nuestro país a través del estatal Banco de España (Luis Angel Rojo) dos años después fue acogido en la nómina de un banco privado, el Santander.
Un ex ministro de Relaciones Sindicales, Administración Territorial e Interior, además de vicepresidente del Gobierno (Rodolfo Martín Villa) es presidente del consejo de Sogecable, fue presidente de una empresa eléctrica, Endesa, y vicepresidencia del grupo chileno Enersis o Agbar, entre otros muchos cargos.
Otro ex ministro de la Presidencia, de Administración Territorial y de Asuntos Exteriores (José Pedro Pérez-Llorca) es consejero independiente de Iberia, privatizada por decisión del gobierno de turno en 2001.
Otros ex altos cargos como Miquel Roca, Juan Antonio Samaranch, José Pedro Pérez-Llorca o María de los Ángeles Amador son ahora consejeros de cuatro empresas que contratan con la Administración: ACS, Agbar, Iberia y Red Eléctrica de España (REE).
Luego está nuestro ex presidente José María Aznar, quien cobró el pasado año 133.000 euros del grupo de comunicación Ruper Murdoch, además de los ingresos por sus servicios como asesor de la empresa Centaurus Capital, una empresa que gestiona fondos de alto riesgo vinculada al paraíso fiscal de las Islas Caimán y a la inmobiliaria estadounidense J. E. Roberts.
Eso sí, queda el consuelo de que fuera de España sucede algo parecido. El ex primer ministro Tony Blair ganará 660.000 euros por asesor al banco estadounidense JP Morgan. La casualidad es que esa entidad es la administradora del Banco Comercial de Irak, que ha obtenido miles de millones de garantías comerciales ofreciendo como hipoteca la futura protección del país. Como se recordará, Blair fue uno de los tres jefes de gobierno que en las Azores aprobaron y anunciaron la invasión. Ahora vienen los agradecimientos.
¿Por qué será que les han salido esos estupendos cargos y sueldos después de algunos años como responsables de las políticas gubernamentales relacionadas con las empresas que les han contratado?
Podrían haber sido las empresas las que eligieran a los ministros y presidentes de los gobiernos, pero prefieren esta otra forma, los elegimos nosotros, hacen lo que ellas quieren y después se lo pagan.
Nota: La mayoría de los nombres y datos económicos de este artículo proceden de diferentes textos de la edición del 12 de enero de 2008 del diario Público y de la del 14 de agosto de 2007 del diario Expansión.