El periodista Javier Sardá anda diciendo que Fidel Castro ha dado órdenes expresas de que no entre en Cuba por sus denuncias sobre el sistema socialista simplemente porque no le han respondido todavía a su petición de visado en la embajada.
Algunos se creen el ojo del mundo porque sus casposos programas televisivos eran vistos por pobres ciudadanos que querían de todo menos pensar cuando encendían la televisión. Convertirse en periodistas famosos les hace creer que cuando el semáforo no se pone verde al llegar a él, es porque el director general de Tráfico les tiene manía por lo que dijo en su programa el día anterior. Nadie le ha negado ningún visado a Sardá para hace su programa en Cuba, simplemente llevaba dos semanas esperando y ha considerado que salir gritando le venía bien. Como yo llevo un mes esperando que me den cita para el oftalmólogo acusaré a Zapatero de perseguirme por lo que dije el otro día en el bar. Aunque también es verdad que con el panorama mediático actual y lo que les provoca Cuba, Sardá sabía que nada mejor que presentarse como víctima del “castrismo” para conseguir publicidad. Para redondear su egolatría dice a través de un comunicado que invitará “personalmente a cenar a su casa al embajador de Cuba y al ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Angel Moratinos”. Los diplomáticos serán así agraciados con la atención del ínclito periodista quien donará su tiempo, mesa y mantel a la causa de las buenas relaciones internacionales. Sólo le ha faltado un poquito más de generosidad e invitar a Fidel Castro. Pobre Sardá, enfermo de megalomanía.
Resulta curioso que la información publicada en Tele 5 comienza reivindicando “su libertad para trabajar en Cuba”. De dónde se habrá sacado Sardá y Tele 5 ese derecho y esa libertad para trabajar en otro país. No recuerdo al periodista y a esa cadena reivindicar el derecho a trabajar en España a los africanos que se quedaban enganchados en la valla o a los bolivianos a los que no estamos dejando entrar en nuestro país. Me gustaría también saber la diligencia de la embajada española en Ruanda, por ejemplo, para darle el visado a un periodista de ese país que diga que quiere venir a trabajar en Madrid.
El gobierno español, especialmente durante le época Aznar, negó numerosos visados a periodistas y académicos cubanos, incluido el corresponsal de Prensa Latina, sin que nadie protestara en España.
“Deseo que cuando yo pueda entrar en Cuba sea porque se haya convertido en un país libre, el señor embajador también sea tolerado por el régimen democrático y pueda entrar en Cuba”, ha declarado el periodista de Tele 5. Dado que son más las personas que quieren entrar en España y se les prohíbe, que en Cuba, no parece que seamos ejemplo de país libre según su criterio.
“Sardá ha manifestado su malestar por la negativa de la Embajada cubana ha (sic) concederle el visado de entrada a la isla, según denuncia Telecinco”.
“(…) Telecinco emitió hoy un comunicado en el que acusaba a la legación cubana de impedir la entrada del periodista y de su equipo de producción a la isla. La cadena asegura que, para denegarle el visado, la Embajada argumentó que en Crónicas Marcianas el presentador había criticado a Fidel Castro y al régimen comunista”.
Puesto que ni se le ha negado la visa, ni se le ha impedido la entrada, ni la embajada ni nadie del gobierno ha hecho referencias algunas a lo que pudiera haber dicho Javier Sardá sobre Fidel Castro en ninguno de sus programas, es decir, todas esas afirmaciones del periodista y Tele 5 son mentiras, podemos llegar a la conclusión que si Sardá no fuese a La Habana nos ahorraríamos muchas mentiras sobre ese país.