Los días 30 de noviembre y 1 de diciembre, el diario El País difunde documentos oficiales calificados de alto secreto que demuestran que el gobierno español durante la época de José María Aznar conoció y aprobó que los vuelos clandestinos de la CIA con destino a Guantánamo utilizasen aeropuertos y espacio aéreo español. Tras varios días de surrealista respuesta del gobierno Zapatero afirmando que los documentos secretos no aparecían en los archivos del ministerio, mientras que el alto cargo que los firmó reconocía su validez, el ministro Miguel Angel Moratinos compareció ante la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso el 10 de diciembre.
Al día siguiente los titulares de prensa eran los siguientes. En El País embisten contra Moratinos y contra Aznar: Moratinos justifica la connivencia de Aznar con los vuelos a la prisión de Guantánamo. El diario Público, sólo con Aznar: El gobierno confirma que Aznar autorizó los vuelos a Guantánamo. Y ABC exculpa a todos: Moratinos proclama que los vuelos de Guantánamo nunca tocaron España. Lo curioso es que aunque todos contaban con la misma y única información, la comparecencia oficial del ministro, cada periódico sacó una conclusión diferente. Comparecencia que, por cierto, se encontraba disponible en la web del Ministerio de Asuntos Exteriores, y que ningún periódico consideró oportuno incluir de forma íntegra, ni citar el enlace o incluir el vínculo en sus versiones web.
La conclusión que podemos sacar de este hecho es que los medios de comunicación ya no son instituciones que se encargan de hacer llegar a los ciudadanos el mensaje de los políticos o los gobernantes. A lo que se dedican es a interceptarlo para darle la forma adecuada según su línea editorial, se convierten así en un obstáculo entre los representantes y los representados. En América Latina son varios los gobiernos que ya no convocan ruedas de prensa y directamente hacen alocuciones televisivas, saben que de esta forma su mensaje ya no será desfigurado o deformado. Las nuevas tecnologías nos permiten, por otro lado, acceder a las fuentes originales sin tener que soportar el pastiche creado por la prensa, el ejemplo es la existencia de la intervención de Moratinos en la web del ministerio. Los ciudadanos debemos acostumbrarnos a informarnos no “con” los medios, sino “evitando” los medios, de forma que el día siguiente de una intervención ministerial evitemos comprar el periódico y busquemos el texto original.