Tras la sacudida estético-ética de “Un viaje de invierno a los ríos Danubio, Save, Morava y Drina o Justicia para Serbia”, la lectura de “Preguntando entre lágrimas. Apuntes sobre Yugoslavia bajo las bombas y en torno al Tribunal de La Haya” nos vuelve al Peter Handke que nos relata la tragedia de Yugoslavia desde un punto de vista opuesto al mensaje de gobernantes y medios occidentales.
Cuando Handke abandonó el estilo intimista y sensible que llevó al cine Wim Wenders en su exitosa obra Cielo sobre Berlín y denunció la satanización y el crimen que estaba sufriendo Yugoslavia, y en especial la República Serbia, a manos de los países occidentales y la OTAN se convirtió en maldito. En Preguntando entre lágrimas, el autor combina la sensibilidad y estética de su escritura con la rabia y la indignación. Decía un viejo amigo, luchador antifranquista, que “por la estética también se llegaba a la revolución”, creo que Handke demuestra que, si no a la revolución, sí se puede llegar a la rebelión y la rabia. Rabia contra las mentiras que nos dijeron sobre, consecutivamente, Eslovenia, Croacia, Bosnia, Kosovo y el juicio en La Haya. 150.000 muertos entre 1991 y 1999 en el corazón de Europa.
El autor va a Yugoslavia, pero visita no sólo a las repúblicas y a los ciudadanos que odian a los serbios, sino que también recorre la república Serbia y escucha a sus gentes. Nos enseña su humanidad -porque aunque los medios parecía que intentaban negarlo, son humanos-, describe su tragedia, sus colegios destruidos por las bombas de la OTAN, sus viviendas arrasadas por los misiles de la OTAN, su miseria gracias al crimen de la OTAN. Handke desmonta, ahora con un lenguaje menos estético pero igual de brillante y más irónico y rabioso, la farsa del Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia y el proceso contra Slobodan Milosevic, otro que -a pesar de los medios- hay que recordar que también era humano. Todo ello se ve enriquecido con un brillante prefacio de Cecilia Dreymüller, quien también nos traduce esta obra al castellano.
Peter Handke no se considera proserbio, y menos todavía proMilosevic, pero escribe verdades con un sentimiento y una emoción que a algunos les parece intolerable. Handke, junto a Emir Kusturika, ha sufrido toda la estigmatización de los bienpensantes europeos que no permiten que ningún intelectual honesto se enfrente a la doctrina dominante. Esa, y la belleza de su pluma, son dos razones que nos obligan a leerlo.
Handke, Peter. “Preguntando entre lágrimas. Apuntes sobre Yugoslavia bajo las bombas y en torno al Tribunal de La Haya”. Traducción de Cecilia Dreymüller. Alento, 2011.