Una foto de cómo tuvieron que asistir los cargos políticos de Turín y el candidato de Berlusconi a la alcaldía en las próximas elecciones es elocuente sobre el nivel de aceptación que tienen entre los trabajadores. Un cordón de policías antidisturbios tenían que mantenerlos rodeados para evitar que les llegaran las acciones y gestos de rechazo y desprecio de los ciudadanos.
Mientras sindicalistas, ecologistas, grupos de solidaridad, asociaciones de precarios y parados, inmigrantes, etc… desfilaban con naturalidad enarbolando banderas y pancartas con sus reivindicaciones, las autoridades sufrieron la humillación de tener que participar rodeados de policías.