Desaparecida la anterior edición de este libro del mercado editorial español, Ediciones del Oriente y del Mediterráneo recupera esta recopilación de textos periodísticos de Pier Paolo Pasolini, escritos en los años anteriores a su muerte.
Emociona leer algunas premoniciones del cineasta milimétricamente cumplidas más de treinta años después. De todas ellas me ha estremecido su denuncia del nuevo fascismo impuesto por la dominación de la ideología consumista: “el nuevo fascismo ya no distingue: no es humanísticamente retórico, sino americanamente pragmático. Su finalidad es la reorganización y la homologación brutalmente totalitaria del mundo”. Ese Pasolini que en los setenta se escandalizaba por la frivolidad consumista de la sociedad italiana que ocupaba el lugar del fascismo, hoy se hundiría en la tristeza al contemplar dónde les ha llevado Berlusconi. La agudeza de Pasolini para sumergirse en el análisis de la sociedad italiana de aquellos años y la crudeza para fustigar las miserias del poder nos provocan la terrible necesidad de desear poder contar con Pasolini para escuchar su opinión sobre la terrible Italia actual abducida por Berlusconi y sus secuaces. Su tesis de que el consumo ha logrado una desideologización que nunca lograron el fascismo y las dictaduras es una realidad que hemos vivido en España, cuando comparamos la sociedad actual con la pasión política que se vivía tras la muerte de Franco.
Acertó en su criminalización de la televisión: “No cabe duda de que la televisión es más autoritaria y represiva que ningún otro medio de información del mundo. A su lado, el periódico fascista y los letreros mussolinianos pintados en las alquerías mueven a risa, como (con dolor) el arado frente al tractor”. Aunque se equivocó en otros presagios, como el de dar por muerta a la Iglesia.
Su disertación en el texto “Desarrollo y progreso” es una bella exposición de principios y su artículo “La novela de los atentados”, un puñetazo en la mesa que convulsionaría la conciencia de los italianos.
Escritos corsarios nos ofrece un intelectual en estado puro, comprometido con sus principios marxistas y comunistas pero libre para criticar al Partido Comunista Italiano -al que también admira- o incluso para abrazar posiciones nada ortodoxas para la izquierda, como su condena al aborto. Todo ello con la belleza de un lenguaje cultivado -que ha logrado traer al español el traductor Juan Vivanco- por quien se sabe poseedor de una cultura excepcional y privilegiada, pero de una humildad que muestra su gran humanidad.
Pier Paolo Pasolini. Escritos corsarios. Ediciones del Oriente y del Mediterráneo. 2009. Traducción Juan Vivanco.