Quien visitase Caracas, por ejemplo en 1997, y volviese cinco años después descubría un cambio sorprendente. Millones de personas de origen humilde, que vivían en suburbios de infraviviendas en grandes ciudades, que no se interesaban por la política, ni por las elecciones, sobreviviendo en la miseria, la droga y la delincuencia, ahora, al grito de movilización de sus líderes vecinales, bajaban por miles al centro de Caracas a defender una opción política esgrimiendo en la mano como principales argumentos y armas, un libro y un líder, la Constitución venezolana y Hugo Chávez.
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