El 28 de agosto el diario El País dedica su editorial a las elecciones legislativas venezolanas, a casi un mes de celebrarse. Comienza así: “El 26 de septiembre se celebrarán elecciones legislativas en Venezuela con la expectativa, sobre todo internacional, de un cambio en el equilibrio de poder”. En numerosas ocasiones hemos señalado la tendencia de los medios a adscribirse la opinión pública, es decir, a convertir en posición ciudadana mayoritaria lo que es sólo la opinión de sus editorialistas, directivos y propietarios. En esta ocasión, el diario madrileño presenta desde las primeras líneas como “expectativa” internacional “un cambio en el equilibro de poder” en Venezuela, es decir, que Chávez y sus partidarios pierdan las elecciones. Que El País -ya casi propiedad de Berlusconi, Telefónica y la gran banca tras su acuerdo con el fondo de inversiones estadounidense Liberty- está deseando desalojar a Hugo Chávez y su revolución bolivariana del poder ya es de sobra sabido. Lo indignante es que quiera convencer a sus lectores de que ese sea el deseo mayoritario del planeta Tierra (expectativa internacional). Como los resultados electores muestran en cada convocatoria que no es esa la posición de los venezolanos, sólo les queda el recurso de argumentar que es la del resto del mundo. Lo sentimos por los editorialistas del periódico madrileño, pero en Venezuela, quienes eligen a sus parlamentarios, son los venezolanos.
También te puede interesar
La ONG sin ánimo de lucro Corporación Latinobarómetro, ha hecho público su informe anual que indaga sobre el desarrollo de la democracia y las economías en América Latina, así como las sociedades con indicadores de opinión, actitudes, comportamientos y valores.
El pasado 12 de abril se hizo público un informe elaborado por el Grupo de expertos de alto nivel de la Comisión Europea “Un enfoque multidisciplinar sobre la desinformación”.
Sin duda alguna, el proceso de negociación y la posterior firma de un acuerdo entre Izquierda Unida y el PSOE ha […]
Se han incautado en España casi cien mil tubos de pasta de dientes que han entrado sin control sanitario en el país procedente de Sudáfrica, Camerún, Marruecos y Brasil y que se han distribuido en seis comunidades autónomas. Una conclusión evidente es que el control de nuestras fronteras es muy diligente para la entrada de inmigrantes sin papeles pero no para contenedores enteros de dentífrico ilegal con componentes tóxicos.