Tras la publicación de «Iraq, asedio y asalto final», de Carlos Varea y Phyllis Bennis, se publica ahora «Plan de guerra contra Iraq», del británico Milan Rai, un activista por la paz que trabaja muy estrechamente con el grupo londinense de acción directa no violenta ARROW. Con cuatro libros publicados y artículos en una decena de revistas el Sindicato de Trabajadores de Transporte le concedió le concedió en 1993 el premio Frank Cousins Peace Award. En el primer semestre de 1991 Milan Rai escribió y dirigió un periódico contra la guerra, el Gulf Crisis Weekly.
En esta obra, que cuenta con un brillante capítulo de Noam Chomsky, «Terrorismo y respuesta justa», se repasan las históricas mentiras esgrimidas por EEUU y el Reino Unido para justificar sus constante agresiones a Iraq.
Entre las primeras cuestiones que desvela está la disposición del gobierno taliban de Afganistán a entregar a Bin Laden y extraditarlo a Paquistán, oferta que fue ignorada por los medios de comunicación y los gobiernos norteamericano y británico que prefirieron iniciar la guerra contra Afganistán.
Tras una interesante cronología de la crisis de Iraq que abarca desde 1980 al 2002, Rai relata exhaustivamente la crisis de los inspectores de 1998 y destapa todos los engaños y mentiras en torno a ella. Cómo EEUU se negó a levantar el embargo iraquí aunque su gobierno cumpliese todas las demandas de desarme, o cómo el embajador estadounidense en las Naciones Unidas Peter Burleigh le pidió el noviembre de 1998 al representante de los inspectores Richard Butler que evacuara la misión porque EEUU iba a iniciar el ataque. Los inspectores se retiraron por iniciativa propia en diciembre sin ni siquiera informar al Consejo de Seguridad permitiendo el ataque y su justificación argumentando la no colaboración de Iraq. También destaca el autor la manipulación de los norteamericanos a Richard Butler, responsable de la institución creada por las Naciones Unidas para verificar el desarme iraquí, la UNSCOM, condicionando sus conclusiones y accediendo a los informes antes que el resto de los miembros del Consejo de Seguridad.
Pero probablemente lo que más desautorizó a los inspectores, y este libro revela con detalle, es el espionaje al que se dedicó la UNSCOM, hasta el punto de que fue esa información la que utilizó EEUU para la operación Zorro del Desierto. La historia de la UNSCOM no puede ser más deplorable, manejada para espiar al servicio de EEUU finalmente fue retirada bajo sus ordenes para después denunciar que Iraq no colaboró con esa institución de las NNUU.
Milan Rai también desvela cómo EEUU se posicionó desde el principio contra la nueva institución designada por la ONU para inspeccionar a Iraq, la UNIMOVIC, heredera de la UNSCOM. Para los halcones de Washington los inspectores más que una solución eran un problema, posición compartida por Londres, lo que provocó un retraso en el inicio de las inspecciones de tres años. Elemento que puede ayudar a explicar muchos de los acontecimientos actuales.
En el capítulo «La inspección sí es una opción», la obra repasa la efectividad del desarme de misiles, nucleares, químico y biológico gracias a las inspecciones. Y no solamente eso, el autor defiende que «la inspección no es sólo una opción, es la opción para quienes se plantean seriamente el desarme», y recuerda la afirmación de ex responsable de la UNSCOM, Scott Ritter: «Mientras siguieran en marcha las inspecciones de seguimiento, Iraq no representaba una amenaza para nadie en cuanto a armas de destrucción masiva». En relación al desarme, Milan Rai recuerda que la resolución 687 del Consejo de Seguridad , que ordenaba el desarme de Iraq y creaba la UNSCOM hablaba de «crear en Oriente Próximo una zona libre de armas de destrucción masiva y de los misiles capaces de transportarlas, así como hacia el objetivo de una prohibición global de armas químicas». La pregunta es dónde están los programas de inspección y seguimiento para el resto de países de la zona, Israel o Irán por ejemplo.
Una de las teorías que esta obra intenta demostrar es la postura de EEUU en los levantamientos populares que sucedieron tras la guerra del Golfo. Según Rai, Estados Unidos nunca pretendió un cambio de régimen en Iraq, sino un cambio de liderazgo, lo demostró paralizando la ofensiva de 1991 y salvando al régimen en el último momento abandonando a los kurdos cuando se levantaron contra Sadam Hussein después. EEUU ni permitió a los chiitas y kurdos el acceso a las armas arrebatadas a Sadam, ni impidió las acciones militares de represión del ejército iraquí sobre ellos en 1991, cuando las tropas occidentales estaban en el terrero, ni se les recibió a los líderes de estos grupos de oposición. Lo hizo en 1991 y lo volvió a hacer en 1995 cuando hubo un nuevo intento de levantamiento contra Sadam.
Otro capítulo de gran interés es el dedicado al control de petróleo en el que se recuerda lo que puede ser un claro precedente de lo que se busca en Iraq. Se trata de los acontecimientos que siguieron a la nacionalización del petróleo en Irán en 1951, hasta entonces controlado por la que ahora es British Petroleum. Aquello levantó las iras británicas. El M16 y la CIA organizaron un golpe de estado al año siguiente, el general Zahidi se hizo cargo del país y se acordaron las correspondientes concesiones de explotación a occidente: 40 % para el Reino Unido y 40 % para EEUU, que, por primera vez, se instalaba en la región. «El nuevo régimen del sah elevó el listón del uso sistemático de la tortura como medio de control político».
También este volumen enumera diez razones para no iniciar una nueva guerra contra Iraq, capítulo que da subtítulo al libro. No olvida detallar cómo han afectado las sanciones al pueblo iraquí, para terminar la obra detallando el plan de guerra contra Iraq.
«Plan de guerra contra Iraq» más que un libro es un documento que permite conocer toda la mentira y los intereses en torno a la crisis iraquí. Frente a un George Bush y sus dos pajes que esgrimen como argumento la amenaza de Sadam y la defensa del pueblo iraquí para iniciar una guerra, Milan Rai expone casi cuatrocientas páginas de razones para negarse a apoyar la masacre y el crimen.
Milan Rai. «Plan de guerra contra Iraq». Editorial Foca