Mientras los grandes centros de poder mundial utilizan los/sus grandes medios de comunicación para denunciar y acusar a Cuba de no respetar la libertad de expresión, en La Habana los delegados de 21 organizaciones de periodistas de 17 países latinoamericanos que representan a más de ochenta mil periodistas y trabajadores de prensa aprobaron un manifiesto que denuncia la "mentira organizada" que domina la información mundial.
El documento, denominado Manifiesto por un Nuevo Periodismo, fue aprobado por unanimidad el pasado 12 de noviembre, fecha en la que se clausuró el VIII Congreso de la Federación Latinoamericana de Periodistas (FELAP). Tras él, comenzaron los debates del VI Encuentro Iberoamericano de Periodistas al que se incorporaron representantes de España y Portugal y asistió como invitada la premio Nobel de la Paz Rigoberta Menchú. Una delegación del Encuentro entregó un documento con las conclusiones a los jefes de Estado y de Gobierno participantes en la IX Cumbre.
El lugar elegido, La Habana, ya escenificaba el absoluto divorcio entre quienes manejan el poder de los medios de comunicación mundiales y los profesionales de la información. Mientras los primeros satanizan la Revolución Cubana y consideran a su Gobierno como uno de los que más persiguen la libertad de expresión, los segundos, los periodistas, celebran su VIII Congreso en la capital de Cuba y lo clausuran con un discurso de cuatro horas de Fidel Castro. Difícil de entender que el presidente del país que según las democracias occidentales, Estados Unidos a la cabeza, y supuestas organizaciones de derechos humanos viola indiscriminadamente la libertad de expresión sea la sede del congreso de la Federación Latinoamericana de Periodistas (FELAP), organización que representa al 80% de los periodistas de esta región.
El manifiesto aprobado denuncia "la violencia simbólica con la que se lucran las grandes corporaciones mediáticas" y hace un llamamiento a todos los periodistas del mundo "a la reflexión y a la acción" en la búsqueda de "nuevas experiencias por la construcción de un periodismo que no quede condenado a ser la polea de transmisión del modelo informativo y comunicacional impuesto por los dueños del dinero". "Queremos compartir -añaden-, el desafío de recuperar enteramente el lugar de las utopías negadas por quienes procuran hegemonizar para siempre el campo de las ideas".
También denuncian en el documento "la mentira organizada y la conspiración del silencio con las que una minoría se regodea en la superabundancia informativa y en la acumulación de riquezas". Para los periodistas allí reunidos "el desarrollo revolucionario de las tecnologías de la comunicación no ha derivado en la plena realización del derecho a la información".
MODELO NEOLIBERAL.- El texto contiene duras críticas al modelo neoliberal dominante: "Somos conscientes de que los mentores, y únicos privilegiados de la globalización neoliberal, han provocado a la fecha más víctimas que la cifra total de muertos y damnificados arrojada por las dos conflagraciones mundiales de este siglo". La Federación Latinoamericana de Periodistas afirma que este congreso "se realiza por un periodo caracterizado por la profundización de los dramáticos efectos económicos, políticos, sociales y culturales, que se viven a nivel planetario como consecuencia de la aplicación de la fórmula fatal de nuestros tiempos: neliberalismo y globalización".
En este VIII Congreso, que tuvo lugar en el aula Magna de la Universidad de La Habana, estuvo presente el presidente de Cuba, Fidel Castro, y el secretario ejecutivo del Consejo de Ministro cubano, Carlos Lage. Castro recordó el proceso de concentración de la información y las comunicaciones a escala mundial y el peligró que representa para la democracia.
A los debates del VI Encuentro Iberoamericano de Periodistas asistieron representantes de la Federación Nacional de la Prensa de España, del Colegio de Periodistas de Cataluña y de la Asociación de la Prensa de Madrid. A pesar de ello nada se publicó en los medios españoles. Quizás estaban ocupados denunciando la falta de libertad de expresión en Cuba durante la Cumbre de Jefes de Estado Latinoamericanos.