Una de las degradaciones del periodismo es la facilidad con que profesionales y directivos de los medios se tragan las versiones oficiales del poder. Ya Noam Chomsky y Edward S. Herman en Los guardianes de la libertad presentaban los filtros por los que han de pasar las noticias para ser difundidas, y señalaban que los principales proveedores de noticias son los departamentos de prensa de los gobiernos y de las grandes corporaciones. Hace mucho que los estudios están mostrando que las fuentes oficiales o instituciones están detrás del 80 por ciento de las noticias, es decir, los periodistas no buscan la información, solo replican lo que les llega de fuentes interesadas. Lo más grave es que, como además la tendencia es al abaratamiento a toda costa de los costes de producción, no se contrastan este tipo de informaciones, directamente se las tragan y nos las colocan. Para los medios son ideales: gratis y quedas bien con el poderoso.
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