A estas alturas esperar que los grandes medios españoles informen con rigor de lo que sucede en Venezuela y a que llamen golpe de Estado al intento de que una persona, que no es reconocida como presidente por el gobierno actual ni por las Naciones Unidas, intente con la ayuda de militares tomar el poder es misión imposible. Sin embargo, no por ello debemos dejar de analizar las falsedades y omisiones de la cobertura e información sobre lo sucedido el pasado 30 de abril en Caracas.
Mentiras
Comenzaron contando que Juan Guaidó estaba en una base militar de la capital, La Carlota, y le presentaban rodeado de militares. De ese modo se aparentaba que había tomado el control de una parte de la estructura militar y que, tras él, había un sector del ejército. Era falso, estaban en una autopista, llamada Francisco Fajardo, cercana a una base aérea.
Dijeron que Leopoldo López había salido en libertad en cumplimiento de órdenes del “presidente” Juan Guaidó (La Razón), “Juan Guaidó firmó su indulto y sus custodios del Sebin y Dgcim (la contrainteligencia militar) acataron la orden de liberación” (ABC). Salió porque unos militares no obedecieron la cadena de mando y en su sublevación liberan a un preso que está en arresto domiciliario, Guaidó no tiene ninguna autoridad ni en el Sebin (Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional) ni en Dgcim (Dirección General de Contrainteligencia Militar) ni en la estructura militar ni policial venezolana, no puede ordenar nada.
La operación le presentaron como “acompañada de las Fuerzas Armadas” (ABC). Incluso la enviada a Caracas de Antena3 afirma ante la pregunta del presentador, que no se sabe cuántos militares apoyan a Maduro y cuántos a Guaidó, solo que la cúpula militar apoya al primero. De ese modo aparentan un ejército dividido. Pues bien, al final el “ejército” que apoyaba a Guaidó fueron 25 soldados rasos que acabaron refugiados en la embajada brasileña.