El 7 de noviembre los nicaragüenses están convocados a las urnas. Elegirán al nuevo presidente del país, 90 diputados de la Asamblea Nacional de Nicaragua y 20 diputados al Parlamento Centroamericano. Las elecciones tendrán lugar en un momento de gran tensión internacional contra el actual gobierno sandinista liderado por Daniel Ortega.
A día de hoy, entre los líderes políticos occidentales y los medios de comunicación parece haber un curioso consenso para acusar al Gobierno nicaragüense de persecución y encarcelamiento de la oposición, y preparar las condiciones para un fraude masivo de cara a las elecciones.
Sin embargo, las dos nuevas reformas electorales sobre las que pivotan las denuncias no parece que contengan nada inapropiado, concretamente establecen que ningún partido político pueda recibir financiación externa por parte de gobiernos extranjeros u ONGs, y por otro que las candidaturas deben ser paritarias, es decir 50% hombres y 50% mujeres.
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