Eran el eje del mal, el sarraceno vil que odia nuestra cristiandad, los fundamentalistas islámicos que quieren arrasar con el civilizado y moderno Israel. Nosotros -Europa y Estados Unidos-, somos el racionalismo, el humanismo y la modernidad frente a su barbarie. Los presos de Guantánamo no tienen ese aspecto. En lugar de un “humillante” pañuelo llevan una capucha en la cabeza que malamente les permite respirar. Las imágenes de los británicos frente a un mapa y una pizarra eran indignantes decían, las dignas son las de Abu Grahib, amontonados desnudos, acosados por perros, rodeados de cables que simulaban una ejecución eléctrica.