Dos libros de la editorial Capitán Swing nos llevan a conocer el proletario estadounidense. O mejor dicho, nos introducen, nos sumergen en ese ambiente, porque los autores nos lo cuentan desde dentro. No son periodistas que nos expongan datos o testimonios, lo viven en primera persona. Se trata de los libros Por cuatro duros. Cómo (no) apañárselas en Estados Unidos, de Barbara Ehrenreich, e Historias desde la cadena de montaje, de Ben Hamper. Con el estilo que consagró Gunter Wallraff en El periodista indeseable, nuestros autores se meten en la piel -y lo que es más meritorio, logran que el lector también- de los trabajos más sufridos de su país.
En el primer caso, la activista y columnista Barbara Ehrenreich, con sesenta años se dedica a trabajar en los puestos peor remunerados y agotadores del mercado estadounidense (camarera, empleada de hogar o dependienta) con el objetivo de sobrevivir solo con su sueldo. En su trabajo nos hace sentir en nuestra piel las largas jornadas agotadoras, los abusos de empresarios y capataces, la desesperación de ver que con su sueldo no le llega para pagar el alquiler, el transporte, los gastos médicos o la comida. Es decir, las circunstancias en las que millones de estadounidenses desarrollan toda su vida.
Por su parte, en Historias de la cadena de montaje un trabajador de la General Motors, Ben Hamper relata con estilo desenfadado y marginal su vida en la factoría desde el determinismo biológico al que se ven arrojados los habitantes humildes de la ciudad de Flint. Hamper escribió una columna sobre la vida de la fábrica, mientras trabajó en ella, para La voz de Flint, una publicación creada por Michael Moore.
Sin duda hay diferencias de estilo entre ambos autores. Mientras que Ehrenreich nos transmite el drama de unas mujeres que viven al borde de la subsistencia y con la salud resquebrajada por la dureza del trabajo, en Hamper domina el nihilismo del tipo que intenta afrontar la adversidad con buena dosis de cerveza y amigos. En lo que si coinciden, además del formato de contarnos el panorama laboral desde su interior, es en presentarnos un mercado de trabajo en el que, incluso con un puesto de trabajo remunerado, la supervivencia en Estados Unidos no está garantizada. Así apreciamos con toda su crudeza la ausencia absoluta de un estado mínimamente social que garantice unas prestaciones que en Europa nos parecen obvias, o al menos nos lo parecían hasta hace poco.
Por cuatro duros, de Barbara Ehrenreich (Traducción de Carmen Aguilar) e Historias desde la cadena de montaje, de Ben Hamper (Traducción de Lucía Barahona) . Capitán Swing